Bolívar como héroe trágico - Aníbal Romero
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sensible, que funcionaba relativamente bien pese a sus numerosas<br />
imperfecciones”. 94 La sociedad comenzó a disolverse, pues se asestó un golpe<br />
mortal al principio de legitimidad que actuaba <strong>como</strong> “cemento” de un orden<br />
sustentado en odiosos privilegios y estamentos, compuesto por individuos<br />
unidos no por promesas y pactos mutuos, sino por el elemento común que<br />
proporcionaba la lealtad a la Corona. La decisión del sector socialmente<br />
dominante, asociado a minoritarios grupos de intelectuales radicales, de romper<br />
los vínculos con el principio de legitimidad monárquico devolvió la sociedad al<br />
“estado de naturaleza”, pues a diferencia de lo ocurrido en la América del norte,<br />
donde la ruptura con la Corona británica lejos de desintegrar los pactos entre los<br />
ciudadanos de la colonia lo que hizo fue reforzarlos, en Venezuela y el resto de<br />
la América española esos pactos entre individuos libres no existían. 95 El<br />
resultado objetivo de ésto, además de la exterminación de al menos un tercio de<br />
la población original, fue “una situación de crisis permanente…provocada por la<br />
extraordinaria movilidad horizontal y vertical cuyo catalizador principal era el<br />
ejército.” 96 La lucha en Venezuela tuvo entonces un carácter de encono y<br />
ensañamiento extremos: “Unidos a las condiciones de privación y miseria en que<br />
se combatía, estos factores de violencia llegaron a imponer terror incluso a<br />
soldados veteranos de campañas nada fáciles, cuales los soldados peninsulares<br />
que trataban de eludir a toda costa su envío a América y particularmente a<br />
Venezuela.” 97<br />
La Primera República sucumbió en 1812 asfixiada por la falta de apoyo<br />
popular y el miedo de los sectores moderados —y del propio Miranda— a la<br />
rebelión de esclavos que desde Barlovento y otras zonas amenazaba a<br />
94<br />
Jaime E. Rodríguez O., La independencia de la America española (México: FCE, 1998), p. 291<br />
95<br />
Sobre este punto, véase, Hannah Arendt, On Revolution (New York: Penguin Books, 1990), pp. 180-<br />
181<br />
96<br />
Kossok, p. 381<br />
97<br />
Carrera Damas, Boves, p. 101. Encina se refiere a la guerra venezolana <strong>como</strong> un episodio con “caracteres<br />
de ferocidad inenarrables”, T. III, p. 323. Al respecto, consúltese, Juan Uslar Pietri, La Revolución<br />
Francesa y la independencia de Venezuela (Caracas: Cuadernos Lagoven, 1989), pp. 109-112. Dice<br />
Uslar Pietri que “En Venezuela se derramó más sangre en aquel año (1814) que en toda la revolución<br />
francesa”, Historia de la rebelión…, p. 101<br />
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