11.05.2013 Views

Bolívar como héroe trágico - Aníbal Romero

Bolívar como héroe trágico - Aníbal Romero

Bolívar como héroe trágico - Aníbal Romero

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Caracas. 98 La Campaña Admirable de <strong>Bolívar</strong> en 1813 le permitió atravesar el<br />

país, pero no dominarlo —<strong>como</strong> en su momento indicó Rafael Urdaneta. 99 No<br />

obstante, es posible que ni siquiera el éxito limitado que significó esa fulgurante<br />

campaña se hubiese producido sin el decreto de Guerra a Muerte de junio de<br />

ese año, 100 decreto que contribuyó a sembrar el terror y la parálisis en muchos<br />

corazones realistas. 101<br />

Sobre el tema de la Guerra a Muerte se ha discutido mucho, casi siempre<br />

con escasa ponderación. Los historiadores “bolivarianos” culpan a los realistas<br />

de haberla comenzado, 102 y sostienen que su práctica por parte de <strong>Bolívar</strong> fue<br />

una “retaliación.” 103 Encina especula que al decretarla, <strong>Bolívar</strong> puede haber<br />

creído que “los realistas aterrados humanizarían la guerra.” 104 Este juicio me<br />

parece errado. Para empezar, comparto la opinión de Carrera Damas según la<br />

cual la Guerra a Muerte formó parte de un proceso complejo y fue practicada por<br />

ambos bandos con extrema crueldad. 105 En cuanto a <strong>Bolívar</strong> se refiere, las<br />

motivaciones del decreto de 1813 fueron diáfanamente descritas por Urdaneta al<br />

98<br />

Parra Pérez, pp. 484, 574; Uslar Pietri, pp. 51-53<br />

99<br />

Citado por Kossok, p. 379<br />

100<br />

OC, 2, pp. 1013-1015<br />

101<br />

Esta es, ciertamente, la opinión de Madariaga, Vol. 1, pp. 401-402<br />

102<br />

Véase, Encina, T. II, pp. 681-682; Lynch, Las revoluciones…, p. 200. Sin embargo, en otra obra Lynch<br />

se contradice, y argumenta que “Los historiadores…venezolanos han condenado…la contrarevolución de<br />

1812-1813 al considerarla excesivamente cruel y vengativa. Fue opresiva, pero no especialmente violenta,<br />

y es bien sabido que se permitió a muchos líderes republicanos (<strong>como</strong> el propio <strong>Bolívar</strong>) que se escaparan<br />

sin ser molestados”, Lynch, América Latina…, p. 109. El Regente Heredia, uno de los testigos meas<br />

lúcidos y equilibrados del proceso, emiteen sus Memorias juicios de enorme interés en torno al tema de la<br />

Guerra a Muerte y las responsabilidades al respecto de cada uno de los bandos en pugna. Véase, José F.<br />

Heredia, Memorias del Regente Heredia (Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1986), pp. 142,<br />

144-146.<br />

103<br />

Encina, <strong>Bolívar</strong>, Tomo III (1961), pp. 147, 302; Tomo II, pp. 664-665. Según Carole Leal Curiel, “La<br />

violación de las capitulaciones y la posterior aprobación que hacen las Cortes de la acción de Monteverse<br />

crearon las perfectas condiciones para el surgimiento de la práctica del ‘terror’ permitiendo que el<br />

adversario fundamentara su venganza en el derecho de la legítima defensa…”; poco más tarde, no obstante,<br />

la autora dice que la declaratoria de Guerra a Muerte por parte de <strong>Bolívar</strong> se desprendió de sus decisiones<br />

sobre la organización militar, de su teorización sobre la naturaleza del enemigo, y su concepción de la<br />

guerra ofensiva. En ese orden de ideas, afirma, <strong>Bolívar</strong> “institucionalizó” el terror, entendiendo por<br />

“institucionalización” la oficialización “por escrito” de “una línea de pensamiento y acción.” La<br />

radicalización militar, en suma, estuvo precedida por la radicalización política producida entre 1811 y<br />

1813. Véase su interesante artículo, “El árbol de la discordia”, Anuario de Estudios Bolivarianos, Instituto<br />

de Investigaciones Históricas, Universidad Simón <strong>Bolívar</strong>, Año VI, # 6, 1997, pp. 172, 175-176, 181<br />

104<br />

Ibid.<br />

105<br />

Boves, pp. 172-179<br />

31

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!