Nota filológica preliminar
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LXXVIII Introducción<br />
parece documentar, por un lado, la fase de eclipse del teatro-prosa y, por otro,<br />
la primera tentativa de aplicar la estructura del doble escenario, propia de<br />
Cuculcán, a la representación del mundo contemporáneo (según la línea que<br />
será propia de Soluna).<br />
El diálogo en esta etapa abarca varios niveles, pero es, antes que cualquier otra<br />
cosa, un diálogo con la tradición, mejor dicho, con varias tradiciones (entre otras,<br />
la del teatro hispánico, la de la literatura infantil, la de la magia, la de las vanguardias,<br />
incluyendo, a finales de la década de 1950, la referencia a Alberti<br />
de La pájara jitanjáfora). El juego, literario y lingüístico, corresponde al juego<br />
de disfraces de los niños de La doctora negra, y hasta encuentra en él una cifra<br />
posible. Las palabras, repetidas hasta la letanía, acercando el fracaso del teatroprosa<br />
a los logros del teatro-verso, constituyen el rasgo estilístico más evidente<br />
tanto de las fantomimas como de la primera escena y de los apuntes escenificados<br />
de La doctora negra. Las anáforas y las letanías permiten tanto desplazar los textos<br />
hacia la sátira como conseguir efectos de encantamiento y conjuro. El diálogo es<br />
más bien entre el autor y la tradición que entre los personajes (que casi son máscaras).<br />
El contrapunto de realismo y fantasía que se intuye en las fantomimas y en<br />
el íncipit y la línea de desarrollo argumental de La doctora negra abre camino a la<br />
fase más comprometida del teatro de Asturias: la que escenifica la problemática<br />
de la modernización a través del contracanto eterno y metatemporal de tradiciones<br />
opuestas y complementarias (toda una línea que, en la estructura del escenario,<br />
llega desde Cuculcán hasta La Audiencia de los Confines, mientras que, en el<br />
diálogo entre hombres y mujeres, ciencia y magia, va desde Muñecos y las<br />
Indiscreciones dialogadas de los años veinte hasta Soluna y Amores sin cabeza).<br />
Historia y actualidad, entre sátira y pedagogía<br />
La tercera etapa coincide aproximadamente con la década de los años cincuenta.<br />
La experiencia de Argentina y la presencia de doña Blanca de Mora y<br />
Araujo en la vida del escritor definen y vertebran, en y a partir de este momento,<br />
una «segunda vocacion teatral» de Miguel Ángel y son, por así decirlo, las<br />
coordenadas y la circunstancia de buena parte de su nuevo teatro y de su nuevo<br />
interés hacia el teatro. La editorial Losada, la relación con el medio ambiente<br />
argentino, una actividad periodística bastante centrada en temas de historia del<br />
espectáculo (con artículos de teatro y cine argentino publicados por varios<br />
medios de Latinoamérica y muy especialmente por El Nacional de Caracas) y,<br />
sobre todo, las actitudes de «teatrosa» 39 de Blanca van dejando huella, funda-<br />
39 La definición («la teatrosa era ella»), que me parece icástica y acertada, se me grabó en la<br />
memoria a lo largo de una conversación con Amos Segala.