12.05.2013 Views

Nota filológica preliminar

Nota filológica preliminar

Nota filológica preliminar

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

LXXXIV Introducción<br />

nos parece más a propósito para el teatro que las afectadas siluetas de los actores<br />

decadentes […]. En un artículo que el año pasado publicaron varios periódicos<br />

de Sudamérica [el citado «Las posibilidades de un teatro americano de inspiración<br />

indígena»], sostenía que en América el teatro tenía que principiar por volver<br />

a las máscaras, y daba los lineamientos de una pieza de teatro, Kukulkán, que<br />

ahora ya tengo escrita, y a la que el escultor mexicano Germán Cueto le ha puesto<br />

las máscaras. El espectáculo de los «Quinze» ha confirmado todos mis presentimientos<br />

respecto a la necesidad de volver al teatro que, más que teatro, en el sentido<br />

que los burgueses —teatro de digestión— dan al vocablo, tiene de juego de<br />

niños. 46<br />

La dimensión lúdica, farsesca, infantil y antiburguesa del juego escénico y del<br />

disfraz (ejemplarmente documentada en nuestra edición por esa pequeña joya<br />

que es la primera y única escena de La doctora negra) aparece, afirmada rotundamente,<br />

también en otras correspondencias teatrales de la época (como, por<br />

ejemplo, «El problema escénico», fechada el 12 de marzo de 1932, y, sobre<br />

todo, «Las posibilidades de un teatro americano de inspiración indígena», el<br />

artículo de 1930 al cual Asturias se refiere en el pasaje que acabamos de citar y<br />

que El Imparcial vuelve a publicar en 1932).<br />

Las máscaras, los disfraces, el diálogo, la sátira social y el uso de un registro<br />

lingüístico lúdico-esperpéntico no sólo documentan la honda relación que<br />

vincula la elaboración de la teoría teatral de Asturias a la gestación de dos novelas<br />

como Hombres de maíz y El Señor Presidente, sino que nos indican cómo las<br />

dos vertientes de la fantomima (Rayito de estrella) y de la leyenda dialogada<br />

(Cuculcán) no son sino las dos caras de una misma moneda y participan de un<br />

núcleo común, un núcleo estable, cuyos elementos básicos seguirán presentes<br />

durante toda la trayectoria teatral del autor, allí donde él los había colocado<br />

entre 1926 y 1927, con Muñecos, con las Indiscreciones dialogadas y con el ejercicio<br />

de diálogo de El pájaro bobo (muy especialmente en la conversación entre<br />

las máscaras sociales de los peces gordos y la gran máscara antropológica del<br />

demonio, que, dicho sea de paso, es antecedente directo del Carne Cruda de<br />

Torotumbo y de varios demonios teatrales).<br />

La cuestión entonces no es tanto de género como de canon. El artificio y la magia<br />

con que Asturias escenifica su escritura y funda el espacio lingüístico, literario y<br />

simbólico de sus pequeñas farsas no depende de una transgresión de géneros, sino<br />

de una hibridación de cánones. Si el teatro de Asturias conforma géneros mixtos, a<br />

medio camino entre prosa y poesía, eso se debe básicamente a su opción en favor<br />

de lo que Carlos Samayoa Aguilar calificaba de farsa escénica. El género mixto, del<br />

cual son ejemplos tanto la fantomima como la leyenda dialogada y los ensayos de<br />

46 Rúbrica «En la jaula de la Torre Eiffel», en: Miguel Ángel Asturias, París 1924-1933. Periodismo<br />

y creación literaria, op. cit., p. 465.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!