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Descargar - Archivo General de la Nación

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La dictadura <strong>de</strong> Trujillo: documentos (1930-1939)<br />

La entrevista duró más <strong>de</strong> dos horas. Trataré <strong>de</strong> reproducir lo más fielmente<br />

posible <strong>la</strong> <strong>la</strong>rga conversación. Comencé diciéndole al presi<strong>de</strong>nte Machado, que,<br />

como los enemigos <strong>de</strong> usted y <strong>de</strong> él, hacían causa común en New York, como<br />

luego le mostraría, había llegado ya <strong>la</strong> hora <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar <strong>la</strong> conveniencia <strong>de</strong><br />

acordar una alianza ofensiva y <strong>de</strong>fensiva entre usted y él, <strong>de</strong> mutua <strong>de</strong>fensa, y<br />

que era pru<strong>de</strong>nte ya <strong>la</strong> concertación <strong>de</strong> un convenio político secreto. La exprese<br />

que yo estaba autorizado por una carta <strong>de</strong> usted para proponerle este convenio<br />

secreto. Le mostré <strong>la</strong>s partes <strong>de</strong> <strong>la</strong> información confi<strong>de</strong>ncial que usted me<br />

mando, re<strong>la</strong>cionadas con <strong>la</strong>s entrevistas celebradas en New York entre Morales<br />

y Miguel Mariano Gómez, y <strong>la</strong> que alu<strong>de</strong> a Carbó, en Puerto Rico, con Guaroa<br />

Velásquez. Me <strong>la</strong>s pidió y se <strong>la</strong>s di, separándo<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> esa información.<br />

Entonces, el presi<strong>de</strong>nte Machado me dijo: “Dígale al presi<strong>de</strong>nte Trujillo, que<br />

estoy dispuesto a ese convenio, que lo acepto en principios, que en mi es un <strong>de</strong>ber<br />

hasta <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n sentimental ayudarlo en todo, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace tiempo yo lo<br />

tenía pensado. Que cuando se pensó una vez que él vendría a Cuba, yo pensé<br />

hab<strong>la</strong>rle a él <strong>de</strong> este convenio. Que ya yo le tenía una entrevista concertada con<br />

el Embajador americano. Le tenía preparado, a<strong>de</strong>más, un gran recibimiento.<br />

Luego comprendí que hizo bien en no venir. No eran <strong>la</strong>s circunstancias propicias<br />

a ese viaje. Que yo siempre he estado dispuesto a prestarle <strong>la</strong> ayuda que<br />

me pida tan pronto como le sea necesaria, con y sin convenio. Pero que, para<br />

no aventurarnos a producir ninguna sospecha que pudiera molestar a Washington,<br />

<strong>de</strong>bíamos él y yo, explorar antes <strong>de</strong> firmarlo. Debo pensarlo un poco,<br />

para mayor seguridad. Creo que nada me impi<strong>de</strong> hacerlo. A mí, Washington,<br />

no me estorba en nada sino antes bien, me apoya en todo. Cuanto le regalé<br />

los caballos a Vásquez, no se metieron a impedirlo, como había anteriormente<br />

sucedido, con esos mismos caballos. Mi situación en Washington, es cada día<br />

mejor, con Mr. Hoover, sostengo estrechas re<strong>la</strong>ciones <strong>de</strong> amistad. Y su Gobierno<br />

me respalda en todo. Y conviene, hasta por cortesía, esa exploración. Que él<br />

era hombre <strong>de</strong> pa<strong>la</strong>bra y que <strong>la</strong> empeñaba en <strong>la</strong> promesa <strong>de</strong> servir al presi<strong>de</strong>nte<br />

Trujillo y en aceptar su alianza. Que este convenio él lo llevaba ya en su voluntad<br />

y en su corazón <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace tiempo. Dígale al presi<strong>de</strong>nte Trujillo, que yo soy<br />

más viejo que él, que mantenga bien organizado el Ejército, alejado <strong>de</strong> <strong>la</strong> política,<br />

sin darle el mando único sobre él, a nadie, y sin ponerlo bajo <strong>la</strong> justicia;<br />

al militar lo juzgan los militares. Que no importa que el Ejército sea pequeño,<br />

el Ejército se hace gran<strong>de</strong> llegado el momento necesario, que lo que importa<br />

es tener buenos oficiales; que con una oficialidad leal y competente, experta,<br />

entrenada, es todo lo que se necesita. Que es el caso <strong>de</strong> Gómez en Venezue<strong>la</strong><br />

y el suyo en Cuba. Dígale al presi<strong>de</strong>nte Trujillo, que cui<strong>de</strong> sus re<strong>la</strong>ciones con<br />

Washington. Cuando yo pensé en el hombre para Washington, lo busqué fuera<br />

<strong>de</strong> todo personal favoritismo político. Mandé a buscar al Dr. Ferrara y le dije:<br />

te necesito por tu talento, por tu ilustración, pero sobre todo, por tu audacia.<br />

Que esas tres cualida<strong>de</strong>s, pero, sobre todo, <strong>la</strong> última, son <strong>la</strong>s que <strong>de</strong>be poner<br />

en acción todo representante en Washington. Y al hal<strong>la</strong>r<strong>la</strong>s reunidas en el Dr.<br />

Ferrara encontré lo que necesitaba y <strong>de</strong> ahí mi éxito. Que este Embajador goza<br />

en Washington, <strong>de</strong> gran prepon<strong>de</strong>rancia y consi<strong>de</strong>ración. Que él (Machado)<br />

293<br />

Dictadura <strong>de</strong> Trujillo II.indb 293 9/12/2012 11:06:18 AM

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