Hacia el anhelo de Freud - Asociación Psicoanalítica de Orientación ...

B. DESDE LA PRÁCTICA
afecto,
o
a
un
animal
psicoquímico
reducido
a
unos
comportamientos”. 116 
Parecería
la
visión
en
torno
 al
 tratamiento
 del
 trastorno
 en
 donde
 el
 padecimiento
 del
 infante
 (padecimiento
 de
pathos,
 dolor
 e
 infante
 de
 in
 falare,
 sin
 habla)
 era
 lo
 menos
 importante,
 ya
 que
 constituyen
berrinches.
“Lo
importante
es
distinguir
los
síntomas
del
berrinche”.
Al
respecto
bastó
otra
frase
Roudinesco
para
mi
comprensión:
“Nada
es
más
destructor
para
un
sujeto,
que
de
ser
llevado
a
su
 sistema
 físico‐químico,
 y
 nada
 es
 más
 humillante
 para
 ese
 mismo
 sujeto
 que
 ver
 su
sufrimiento
íntimo
rebajado
a
la
falsa
(in)diferencia”. 117
La
 encrucijada
 se
 vuelve
 más
 compleja,
 porque
 están
 los
 datos
 empíricos
 por
 un
 lado
 –la
cuestión
que
más
se
le
critica
al
psicoanálisis–
y
el
tratamiento
que
se
debe
seguir
por
el
otro,
Los
miembros
de
la
APA
en
todo
el
mundo
han
reducido
la
psicología
al
estudio
de
la
conducta,
como
 lo
 señala
 el
 psicólogo
 francés
 Paul
 Fraisse,
 quien
 llegó
 a
 ser
 presidente
 de
 la
 Union
Internationale
de
Psychologie
Scientifique
al
considerar
que
“la
psicología
aspira
hoy,
de
modo
extremadamente
 diverso,
 a
 ser
 teoría
 comprobable
 de
 la
 conducta.
 De
 toda
 la
 conducta.
 No
sólo
de
las
respuestas
glandulares
y
motoras
a
los
estímulos
físicos,
sino
de
la
conducta
en
su
compleja
integridad,
tal
y
como
de
hecho
se
observa,
como
acción
biológica
o
personalmente
significativa”. 118 
 Estaba
 entrando
 de
 lleno
 a
 la
 psicología
 científica,
 bastaría
 con
 repetir
 los
procedimientos
y
ver
en
cuántos
pacientes
funcionan,
después
seguir
aplicándolo
si
el
resultado
es
positivo,
sin
importar
la
historia
personal
que
lleva
a
cada
uno
de
los
usuarios,
y
a
sus
padres,
a
pedir
ayuda
en
un
centro
de
salud
mental,
aunque
me
he
dado
cuenta
que
si
uno
se
permite
escuchar
 las
 demandas
 del
 niño,
 éste
 pedirá
 distintos
 juegos,
 aunque
 no
 tenga
 el
 lenguaje
común
para
expresarlo.
Sin
embargo,
serán
otra
vez
los
apuntes
los
que
me
pondrían
en
un
contexto
diferente
respecto
a
la
ciencia
o
al
porqué
no
darle
espacio
al
sujeto,
en
palabras
de
Aulagnier:”No
hay
ciencia
de
los
particulares
(para
desgracia
de
los
enfermos)”. 119 
Empero,
el
resultado
era
distinto
en
mis
aproximaciones
si
les
daba
algún
espacio
y
si
recordaba
qué
gustaba
a
cada
uno,
para
–a
partir
de
sus
intereses–
adaptar
la
terapia
que
se
exigía
en
la
institución.
Tan
 pronto
 se
 me
 presentó
 la
 oportunidad
 de
 estar
 frente
 a
 un
 paciente
 que
 presentaba
conductas
 disruptivas
 y
 heteroagresivas,
 después
 de
 insistirle
 con
 el
 método
 ambiental
 “¡No
pegues!,
¡Permanece
sentado
 hasta
que
acabe
 la
sesión!”,
se
me
vino
a
 la
cabeza
una
de
 las
reglas
de
Práctica
entre
varios:
terciar
el
lenguaje.
“¿Qué
pasa
con
esas
manos
que
no
nos
dejan
trabajar?,
La
silla
está
esperando
que
se
siente
J
para
terminar
el
rompecabezas”.
La
respuesta,
contrario
a
lo
que
me
habían
insistido
en
la
clínica,
había
sido
inmediata,
se
encontraba
sentado
y
continúa
con
la
actividad
y
es
que,
como
señala
Lacan:
“El
psicoanálisis
debería
ser
la
ciencia
del
 lenguaje
 habitado
 por
 el
 sujeto.
 En
 la
 perspectiva
 freudiana,
 el
 hombre
 es
 el
 sujeto
capturado
 y
 torturado
 por
 el
 lenguaje”. 120 
 Finalmente
 las
 respuestas
 parecían
 acercarse
mientras
caminaba
por
la
cuerda
floja,
entre
la
 institución,
que
será
científica
y
de
ese
modo
reciba
el
aval
del
Estado
y
la
forma
en
que
me
acercaba
a
los
sujetos
que
solicitaban
el
servicio.
116
Elisabeth Roudinesco, ¿Está superado el psicoanálisis?, en http://www.euram.com.ni/pverdes/Articulos/elisabeth_roudinesco_148.htm
117
Idem
118
P. Fraisse, El porvenir de la psicología, Morata, Madrid, 1985,
119
Piera Aulagnier, Un intérprete en busca de sentido, Siglo XXI, México, 1994.
120120
Jacques Lacan, Seminario III.