diciembre de 2000/marzo de 2001 - Ramona
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PAGINA 58 | TRANSICIONES<br />
Frágil alambique quebrado<br />
Por Cayetano Vicentini<br />
Juan Calcarami <strong>de</strong>scansa en la luminosidad<br />
apagada <strong>de</strong> un puñado <strong>de</strong><br />
cenizas que alimentan las raíces <strong>de</strong><br />
un sauce en Villa las Rosas (Provincia <strong>de</strong><br />
Córdoba) ¿La muerte corta el eco <strong>de</strong>l<br />
ego?...Conocí a Juan en la Presentación<br />
<strong>de</strong> un libro a finales <strong>de</strong> los años 80. Recuerdo<br />
un ser colorido, llamativo. Bello<br />
rostro. Leonino. Lo volví a ver en una<br />
cantera, en la ciudad <strong>de</strong>l arte, en la Plata.<br />
Era una tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> sol, don<strong>de</strong> los cuerpos<br />
se adoraban y los labios sonreían. Conocí<br />
a sus hijos, lo acompañaban y todo los<br />
asombraba. Ese atar<strong>de</strong>cer fue <strong>de</strong> oro y<br />
<strong>de</strong> fuegos contra el crepúsculo. Todo brillaba<br />
alre<strong>de</strong>dor. Numerosos artistas trabajaban<br />
sus propuestas con euforia, onda<br />
y creatividad. Recuerdo una atmósfera<br />
con reminiscencias medievales. La<br />
emoción subida hasta el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong>l silencio<br />
y la contemplación. Esa noche un<br />
gran grupo viajamos a Brandsen (a lo <strong>de</strong><br />
Juan). Allí, en “la isla <strong>de</strong> los monos” se erguía<br />
la casita encantada <strong>de</strong>l bosque –tal<br />
efecto lo producía el paisaje <strong>de</strong> verano<br />
bañado por la luz <strong>de</strong> la luna llena, alta a<br />
la medianoche, cuando llegamos a <strong>de</strong>stino.<br />
Aquello era “terra ignota”, confín diaspórico,<br />
edén, flores, eucaliptus, bambúes,<br />
colibríes, una enorme pileta <strong>de</strong> natación<br />
ro<strong>de</strong>ada por el ver<strong>de</strong> profundo <strong>de</strong> las<br />
achiras, animales contentos al amparo en<br />
las amplias galerías abiertas. Luz. Era la<br />
“casa abierta” <strong>de</strong> Juan. No había llaves,<br />
había totora y piedras bañadas por el rocío,<br />
rosales y una arboleda tupida. A<strong>de</strong>ntro,<br />
entre rumores, música y penumbras<br />
había tesoros carcomidos, recuerdos <strong>de</strong><br />
otras tierras y <strong>de</strong> otras culturas, tapices,<br />
cárieles, can<strong>de</strong>labros, muebles, cuadros,<br />
espejos biselados, porcelanas translúcidas,<br />
cristales irisados, alfombras persas,<br />
revistas y libros <strong>de</strong> arte, esculturas <strong>de</strong><br />
ma<strong>de</strong>ras perfumadas, suaves vellones <strong>de</strong><br />
oveja, una gran mesa <strong>de</strong> campo con sillas<br />
cuyos asientos eran <strong>de</strong> cuero <strong>de</strong> vaca<br />
<strong>de</strong> pelo marrón y blanco, multitud <strong>de</strong><br />
camas y almohadones, sedas y tules y un<br />
hogar a leña para conjurar misterios mágicos<br />
en la proximidad <strong>de</strong>l piano. Toda<br />
era <strong>de</strong> buen gusto cálido, campesino, barroco,<br />
iluminado por un resplandor <strong>de</strong> nácar,<br />
<strong>de</strong> rayos <strong>de</strong> luna filtrándose por las<br />
ventanas. Una atmósfera <strong>de</strong> sortilegio.<br />
Un refugio. Una generosidad amplia que<br />
daba la bienvenida a quien llegaba. Ese<br />
verano fue largo, dorado. Recuperé la<br />
alegría en esa morada paradisíaca. La<br />
prodigalidad <strong>de</strong>l hogar abierto continuaba<br />
en la quinta bien cuidada, las ensaladas<br />
<strong>de</strong> diente <strong>de</strong> león y zanahoria recién<br />
cosechadas abrían el paladar a gustos<br />
exóticos. El gran taller <strong>de</strong> cemento, <strong>de</strong><br />
don<strong>de</strong> surgían objetos, estructuras y<br />
mobiliario <strong>de</strong> una sensibilidad exquisita<br />
era un laboratorio <strong>de</strong> combinaciones y<br />
experiencias. Improntas <strong>de</strong> vegetales re -<br />
producción <strong>de</strong> racimos, formas <strong>de</strong> animales,<br />
formas abstractas y caprichosas<br />
para biombos, tocadores, frentes <strong>de</strong><br />
chimenea, muebles <strong>de</strong> una firmeza y un<br />
peso consi<strong>de</strong>rables, placas <strong>de</strong> cemento<br />
en las que pintamos paisajes alucinados,<br />
ferrites y pigmentos, caracoles,<br />
mármoles, mica, cantos rodados...<br />
A un costado <strong>de</strong> esa pequeña fábrica <strong>de</strong><br />
maravillas se abría el zanjón formado<br />
por un surco <strong>de</strong> agua cruzado por un<br />
puente <strong>de</strong> troncos, eucaliptus, ....campo-<br />
,....cielo. Barrio “Las mandarinas”, en la<br />
ciudad <strong>de</strong> Brandsen, provincia <strong>de</strong> Buenos<br />
Aires...<br />
Los pies <strong>de</strong>scalzos en el camino <strong>de</strong> tierra<br />
que seguían los amigos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la ruta<br />
hasta la tranquera <strong>de</strong> la propiedad. La<br />
polvareda levantada por el viento, la camara<strong>de</strong>ría,<br />
las fiestas, la “experiencia<br />
Calcarami”.<br />
El tiempo, la memoria activada, los remolinos<br />
que <strong>de</strong>sflecan historias, las presencias<br />
vívidas que son un fluir.<br />
Juan Calcarami fue un ser artista <strong>de</strong>l cual<br />
nos quedan recuerdos personales, a<br />
quien una parte <strong>de</strong> la población porteña<br />
recordará por los años <strong>de</strong> “La Age”, como<br />
cuño ardiente en sus conciencias exacerbadas.<br />
Fue un espíritu generoso y<br />
místico. Frágil alambique quebrado el 5<br />
<strong>de</strong> <strong>diciembre</strong> <strong>de</strong> <strong>2000</strong>. Titila su esencia<br />
en la mezcla que se forma con los <strong>de</strong>sti -<br />
lados <strong>de</strong> aquellos que transitan por la vida<br />
agrupando partes para elevarlo todo.<br />
In memorian<br />
Por Renato Rita<br />
en el oscuro cielo cerrado don<strong>de</strong> acampa<br />
el sueño dorado <strong>de</strong> un mundo tonto,<br />
dulces bayas florecen en el fango. ahí<br />
nació vivió y murió un amigo <strong>de</strong> todos,<br />
alguien sencillo e inolvidable, como las<br />
obras <strong>de</strong> arte, Juan: una impronta <strong>de</strong><br />
inmediata y <strong>de</strong>licada rama en el cemento.<br />
la nueva edad y la antigua amistad,<br />
aquel valor.<br />
Duen<strong>de</strong>,<br />
te extraño<br />
Por Urko Suaya<br />
te extraño, pero no tanto,<br />
porque seguís estando y vibrando,<br />
como sólo vos sabes hacerlo,<br />
con toda esa magia y sabiduría.<br />
gracias por haberte conocido,<br />
por haber compartido,<br />
y por haberme enseñado.<br />
chau duen<strong>de</strong>, hasta mañana.<br />
His life was his<br />
best work of art<br />
Por Josefa Correa<br />
Decía mi amigo Fe<strong>de</strong>rico M. Peralta Ramos<br />
en unos <strong>de</strong> sus cuadros que exponía<br />
en el año 1984 en lo <strong>de</strong> Ruth Benzacar:<br />
“My life is my best work of art” esta frase<br />
le cabió a Juan Calcarami.<br />
Vivió a full, no se privó, recorrió toda la<br />
cancha.<br />
Trabajador incansable. Su obra escultórica<br />
es impecable. Creó ese mítico lugar<br />
que fue la AGE en don<strong>de</strong> nos hicimos<br />
amigos. La buena onda, el buen gusto y el<br />
sentido <strong>de</strong> integración resultó una combinación<br />
perfecta para divertirnos .<br />
Era un capo, un artista <strong>de</strong> primera clase.<br />
Su vida hasta el final fue una obra <strong>de</strong> arte.<br />
Adiós a un amigo