LA CUESTIÃN BAHÃ'Ã - Baha'i International Community
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Asimismo, los<br />
bahá’ís fueron<br />
sometidos<br />
a torturas<br />
psicológicas, entre<br />
las que se incluían<br />
ejecuciones<br />
simuladas,<br />
así como tener<br />
que presenciar<br />
torturas infligidas<br />
a familiares y<br />
amigos.<br />
Las torturas constituían una parte rutinaria y sistemática<br />
del tratamiento a que eran sometidos los bahá’ís encarcelados,<br />
sobre todo quienes hubieran pertenecido a órganos rectores.<br />
Según el testimonio de los supervivientes, el propósito de<br />
la tortura era siempre el mismo: forzar la retractación, o bien<br />
arrancar una confesión de haber participado en actividades<br />
conspirativas.<br />
Las torturas incluían sesiones de palizas y latigazos, bastinado<br />
(golpes sobre las palmas de los pies), extracción de uñas y<br />
dientes, y privación de agua y comida durante días seguidos.<br />
Asimismo, los bahá’ís fueron sometidos a torturas psicológicas,<br />
entre las que se incluían ejecuciones simuladas, así como<br />
tener que presenciar torturas infligidas a familiares y amigos.<br />
Una anciana bahá’í, miembro de un órgano de gobierno<br />
local, fue torturada ante una docena de bahá’ís en un acto<br />
destinado a forzar a la víctima y a los testigos a que abandonasen<br />
su Fe. Durante un buen rato, el carcelero, asiéndola<br />
firmemente de los cabellos, golpeó reiteradamente la cabeza<br />
de ésta contra un muro, hasta que el cuerpo quedó completamente<br />
ensangrentado. Tras dos años de encierro, se le<br />
concedió la libertad de manera imprevista y sin que pudiera<br />
presentar denuncia contra los abusos padecidos.<br />
Se cree que al menos 13 bahá’ís fallecidos en prisión perdieron<br />
la vida como consecuencia de las torturas. En estos<br />
casos, los cuerpos recibieron sepultura por orden de las<br />
autoridades antes de que los familiares pudieran verlos.<br />
Dos de los casos más recientes relacionados con la tortura<br />
e intimidación ocurrieron en julio de 1997.<br />
Masha’llah Enayati, residente de Teherán, de 63 años,<br />
moría el 4 de julio de 1997, tras haber sufrido una grave<br />
paliza mientras estaba detenido. Durante la visita a su población<br />
natal de Ardistan, donde había asistido a una reunión<br />
bahá’í, Enayati era arrestado en circunstancias inciertas. Se<br />
le trasladó a la cárcel de Isfahán, donde sufrió golpes en<br />
todas las partes del cuerpo. Parece que se le retuvo en la<br />
cárcel durante cerca de una semana antes de trasladarlo al<br />
hospital, donde finalmente falleció. El certificado de defunción<br />
de Enayati está redactado de forma harto inusual, lo<br />
que sugiere que el propio doctor sufrió amenazas. Bajo el<br />
58 | <strong>LA</strong> CUESTIÓN BAHÁ’Í