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LA CUESTIÓN BAHÁ'Í - Baha'i International Community

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los bahá’ís que padecieron encarcelamiento ante la imposibilidad<br />

de hacer frente a una exigencia tan absurda.<br />

Asimismo, el Gobierno ha procurado la ruina sistemática<br />

de los bahá’ís que trabajaban en el sector privado. A<br />

comienzos de los años ochenta del siglo xx se revocaron las<br />

licencias fiscales de una mayoría de hombres de negocios,<br />

hecho que vino acompañado por la confiscación de bienes y<br />

la congelación de cuentas bancarias. Por si esto fuera poco,<br />

las autoridades se encargaron de presionar a los empresarios<br />

para que despidiesen a sus trabajadores bahá’ís.<br />

Casi todas las notificaciones de despido recibidas por<br />

los bahá’ís, ya fuera que trabajasen para el Estado o para la<br />

empresa privada, hacían constar como justificación la pertenencia<br />

del afectado a la religión bahá’í. También se hacía<br />

constar que, en el caso de que éste renunciase a su Fe, se le<br />

readmitiría en el puesto.<br />

Además de privarlos de los medios de subsistencia, el<br />

Gobierno procedió a comienzos de los años ochenta a la<br />

confiscación de propiedades pertenecientes a los bahá’ís<br />

arrestados, incluso la vivienda .<br />

Mediante la expropiación de Nawnahalan, la mayor institución<br />

de ahorros bahá’í, el Gobierno consiguió hacerse<br />

de golpe con los ahorros de toda una vida pertenecientes a<br />

15.000 accionistas e inversores bahá’ís. Nawnahalan significa<br />

literalmente “planta nueva”, en referencia al hecho de<br />

que dicha institución de ahorros la comenzaron los niños<br />

bahá’ís a principios del siglo xx. A ello hay que añadir la<br />

expropiación oficial de casas y bienes personales de miles<br />

de bahá’ís, tanto ricos como pobres. Tampoco hay que olvidar<br />

que miles de casas fueron destruidas en incendios provocados<br />

y actos de pillaje. En el campo, las autoridades se<br />

encargaron de incitar al saqueo y destrucción del ganado y<br />

cosechas de los agricultores bahá’ís.<br />

A comienzos de los<br />

años ochenta del<br />

siglo xx, quedaron<br />

revocadas las<br />

licencias comerciales<br />

de una mayoría<br />

de bahá’ís, se<br />

confiscaron sus<br />

comercios y se<br />

congelaron las<br />

cuentas de una<br />

mayoría de hombres<br />

y mujeres de<br />

negocios.<br />

Confiscación de bienes bahá’ís<br />

Nunca se le ha permitido a la Comunidad Bahá’í de Irán<br />

registrar propiedades a su nombre. De ahí que todas las<br />

CAPÍTULO IV: “Matar a los bahá’ís es una buena obra...” | 61

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