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Resistencia nacional, formación del Estado y ... - Cholonautas

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www.cholonautas.edu.pe / Biblioteca Virtual de Ciencias Sociales<br />

Durante los siguientes cincuenta años más o menos, la controvertida figura de devino<br />

en uno de los puntos de conflicto en Lis distintas narrativas que se construyeron sobre la<br />

resistencia guerrillera. Desde Huancayo y entre los historiadores locales, la imagen de<br />

Laimes como un bandido que fingía apoyar a la nación para justificar el saqueo y el pillaje,<br />

manteniendo el control sobre su territorio a través <strong>del</strong> terror. Frecuentemente se encuentra<br />

aquí una imagen racista de Laimes, borracho y disipado, coronándose como emperador<br />

inca. A estos retratos, basados en gran parte en la versión de su juicio que apareció en el<br />

periódico limeño El Comercio, se añade una nueva narrativa de su muerte, escrita en 1937<br />

por el político aprista Carlos Prialé Morales, Según Prialé, que presenció el hecho, Laimes<br />

acudió a su ejecución “con todas las señales de hombre malo más muerto que vivo, lloraba<br />

y sudaba frío” (Manrique 1981:358-364; Smith 1989:74-76).<br />

Sin embargo, la imagen de Laimes, y de la lucha guerrillera que ancabezó, es<br />

diferente en los pueblos, especialmente entre los descendientes de los soldados<br />

campesinos que pelearon a su lado, lo acompañaron a Huancayo y regresaron a la sierra<br />

luego de su muerte para continuar la ocupación de las tierras de las haciendas. Según las<br />

versiones registradas por Gavin Smith en Huasicancha, los montoneros se unieron para<br />

respaldar a Laimes y “mostraron gran destreza táctica y astucia, pero fueron<br />

constantemente traicionados por los foráneos”. En efecto, Smith señala que en una fecha<br />

tan tardía como 1981 los huasicanchinos le mostraron “el lugar donde nosotros [sic]<br />

emboscamos a los chilenos (o) ... nos escondimos durante la guerra”. La memoria oral<br />

registrada sobre la muerte de Laimes también es diferente. Se supone que murió en una<br />

emboscada “cuando se dirigía a una conferencia con su compañero de lucha Cáceres ....<br />

desarmado porque confiaba en sus compañeros de armas...”. Como hemos visto, esta<br />

imagen de confianza e igualdad parece más fiel a los sucesos que rodearon a la ejecución<br />

que la historia presentada por los historiadores locales en Huancayo (Smith 1989:76).<br />

Un último elemento que requiere de mayor análisis es la acusación de que Laimes se<br />

había coronado como emperador inca. Esto se relaciona con la afirmación de Eric<br />

Hobsbawm, citada frecuentemente, basada en el trabajo de Henri Favre, de que a Laimes<br />

se le recuerda como a Túpac Amaru. Al discutir el asunto, Manrique se abstiene de tratar<br />

tanto las implicancias milenarista como la potencial motivación alcohólica de Laimes. Sin<br />

embargo, Smith no ha hallado testimonios que vinculen a Laimes con Tupac Amaru en el<br />

Laimes, ver Manrique 1981:358-364; Mallon 1983:100 y Smith 1989:75-76. Las versiones que tratan de manera<br />

más directa las acusaciones hechas en contra de Laimes, tales como fueron presentadas en el recuento sobre el<br />

juicio reproducido por el periódico limeño El Comercio son las de Manrique y Smith.<br />

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