Resistencia nacional, formación del Estado y ... - Cholonautas

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actual pueblo de Huasicancha, señalando en vez de ello que las fiestas locales
frecuentemente cuentan con personajes caracterizados como incas además de grandes
cantidades de alcohol. Esto también se aplicaría a muchas Panes de la sierra peruana en
los siglos dieciocho y diecinueve, especialmente por la muy popular danza del Capitán, la
cual sabemos que se bailaba en la región occidental del Mantaro en la década de 1880.
Quiero por lo tanto sugerir que cuando Laimes se coronó como inca, estaba bailando el
cargo de inca dentro de una versión local del Capitán, probablemente clandestina e ilegal,
posiblemente revisionista. Permítanme explicar mi razonamiento un poco más en
profundidad 27 .
De acuerdo a la interpretación de Burga y otros (Burga 1988; Wachtel 1977) el
Capitán cm un baile consolidado en el siglo dieciocho como una escenificación de la captura
de Atahualpa a manos de los españoles. Dentro de este baile, los personajes de, Capitán y
del Inca bailaban representando un conflicto ritual. El Inca era el símbolo de la conquista y la
derrota, mientras que el Capitán representaba la dinámica fuerza conquistadora, bailando
con la cabeza erguida, música fuerte, y “el uso de armas y caballos”. Según Burga, al menos
para Cajatambo en el siglo XX, el resultado del conflicto ritual variaba mucho de pueblo a
pueblo. En ocasiones, la confrontación era resuelta con un baile de unidad. Otras veces, la
captura de Atahualpa era seguida por el pago del rescate y luego cada cuadrilla de
danzantes se retiraba a su propio barrio Para continuar bailando. Así es que siempre
parecía existir en el baile un espacio para la manipulación simbólica, dependiendo de las
condiciones locales, sociales y políticas. Aunque el Inca frecuentemente representaba la
derrota y la tragedia, también Podía convertirse en una figura de desafío y resistencia,
representando a la mayoría de la población indigena. “El cargo de Inca se identifica tanto
con las mayorías indígenas”. Escribe Burga “que Luis Pardo, legendario bandolero de
Chiquián, cuando quiso dar muestras de su rebeldía contra el orden establecido.
desempeñó el cargo de Inca en la fiesta de Santa Rosa de Chiquián en 1900” (Burga
1988:36-39,41-51). ¿Acaso hizo lo mismo Laimes a inicios de los años 1880?
Bastante evidencia contextual sugiere que sí. En primer lugar, sabemos que el hecho
de bailar el Capitán en los pueblos del suroeste del Mantaro era un hecho controversial
durante la Primera mitad de la década de 1880, habiéndolo prohibido repetidamente el
concejo municipal de Huancayo. La única ocasión en que el concejo permitió el baile fue a
fines de 1882, terminada la segunda ocupación chilena. Una explicación parcial de estas
prohibiciones, incluso tal vez de esa única vez en que se tuvo una actitud poco severa,
27 Smith 1989: 244 (nota 14) discute la afirmación de Hobsbawm. Ver Manrique 1981:361, 364.
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