Resistencia nacional, formación del Estado y ... - Cholonautas
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www.cholonautas.edu.pe / Biblioteca Virtual de Ciencias Sociales<br />
también dio a las comunidades un espacio adicional para negociar en coaliciones políticas<br />
regionales (Mallon 1987:240; Adams 1959:29-31; Constituciones 1922: 258, 286, 318-19;<br />
Belaúnde s/f: 32-79) 7 .<br />
Cerca a Jauja, en la parte norteña <strong>del</strong> valle <strong>del</strong> Mantaro y en el valle de Yanamarca,<br />
los conflictos socioeconómicos y políticos de las décadas de 1860 y 1870 tuvieron<br />
resultados relativamente benignos. La economía en la región se basaba en una alianza de<br />
los comerciantes jaujinos y las elites en las comunidades, la cual dio impulso al comercio, a<br />
migraciones estacionales a las minas y al arrieraje. Las comunidades producían ganado y<br />
bienes agrícolas para un mercado regional organizado alrededor de las minas de Cerro de<br />
Pasco y Huarochirí. La agricultura comercial se desarrolló en terrenos pequeños o de<br />
mediano tamaño, ubicados en los pueblos pertenecientes a los comerciantes de Jauja o a<br />
las mismas comunidades. La combinación de la producción ganadera y agrícola comunal, el<br />
arrieraje y el comercio local y las migraciones ocasionales a las minas permitieron a los<br />
campesinos indígenas reproducir sus propias economías locales, en tanto participaban<br />
autónomamente en la vida económica de la región. Y finalmente, desde 1840<br />
aproximadamente, los comerciantes mestizos ya vivían en los pueblos, tenían propiedades y<br />
con frecuencia contraían matrimonio con mujeres de las prestigiosas familias locales (Mallon<br />
1983:52-79).<br />
Políticamente, los confictos locales eran canalizados a través de relaciones<br />
previamente establecidas, en tanto los comerciantes y los agricultores de los pueblos<br />
manipulaban los vínculos patrón-cliente hacia otra gente más poderosa establecida en las<br />
cabeceras o ciudades. Al menos hasta el fin de la década de 1870, estas relaciones<br />
demostraron ser lo suficientemente flexibles como para mantenerse firmes. Aunque<br />
sabemos de dos pueblos –Acolla y Muquiyauyo- que solicitaron al gobierno <strong>nacional</strong> tener la<br />
categoría de distritos independientes, estas peticiones fueron manejadas a través de las<br />
redes existentes y permanecieron en trámite durante largo tiempo, sin que se produjera una<br />
situación de violencia. Los lazos asimétricos pero recíprocos de patrón-cliente apoyaban la<br />
cooperación multiétnica y entre distintas clases, y los conflictos fueron resueltos<br />
generalmente con éxito dentro de los sistemas existentes 8 .<br />
7 Agradezco a Marisol de la Cadena por haberme mostrado esta cita en introducir en la discusión la cuestión <strong>del</strong><br />
sufragio en el Perú <strong>del</strong> siglo XIX.<br />
8 Tal vez sea necesario repetir que el éxito de las redes de patrones y clientes no significaba la ausencia de<br />
conflicto, sino por lo general su resolución en términos más pacíficos. Incluso al interior de estas relaciones se<br />
producían batallas diarias y formas de resistencia. Mi discusión sobre las peticiones de Acolla y Muquiyauyo se<br />
basa en conversaciones con don Moisés Ortega en Acolla, durante 1977; SINAMOS cc2O5 (Marco): “Expediente<br />
sobre la reivindicación <strong>del</strong> molino de propiedad comunal” 1939, ff. 134-364; y Adams 1959:30.<br />
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