El cambio de rol de madres solteras trabajadoras ... - Biblioteca USAC

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Entre la semana después de llegar de la maquila, luego de preparar la cena para la hija
y ella, ve televisión pero, “casi no, es poco, tal vez de ver televisión una hora tal vez u hora y
media, en lo que cenamos… hay diferentes [programas], a veces veo las noticias, a veces miro
películas, a veces veo una programación de un canal cristiano…” contrario a los casos
anteriores, Sandra no ve telenovelas, dado que prefiere otro tipo de programas.
Aunque le gusta ser una persona alegre y aparte de ver canales cristianos “Tengo un
año de ir a una [iglesia] cristiana… ah, una amiga mía que estudió conmigo un día me invitó
a acompañarla y de varias veces que estuvo invitándome acepté y me gustó, me sentí bien y
seguí yendo, a veces no es tan seguido pero sí voy…”
Sandra asiste a la iglesia con la hija, y estando allí “Me siento…en paz me siento
tranquila, me siento, no sé creo que…es como, es un descanso también porque ante todo, toda
la rutina de siempre, es sentirse diferente dónde estás, y no sé…no sé cómo explicarlo…”
Aparte de cambiar la rutina, de salir del cansancio de la maquila, el asistir a la iglesia les
genera cierto bienestar, el cual no lo encuentra ni en la casa debido a los constantes problemas
que enfrenta toda la familia. La madre también asiste a una congregación religiosa evangélica
pero “…mi mamá hace poco comenzó a ir [a la iglesia] pero ella no va a donde yo voy, solo
voy con mi hija.” Esto demuestra que hasta en la religión presentan diferencias, puesto que
siendo ambas iglesias de la misma tendencia cada una presenta distintos puntos de vista, lo
cual también es reproducido en el hogar.
Anteriormente asistía a la iglesia, “…de hecho cuando vivía con el papá de mi hija
fuimos a una iglesia, mmm... unos doce años, trece años tal vez fuimos a una iglesia con él
porque pasó una situación fuerte…” la situación fuerte a la que hace referencia es el deceso de
la primera esposa de la expareja, pero como indicó con antelación, el amor que ella le
profesaba hacía que lo apoyara en todo, es decir su entrega fue incondicional, por eso el temor
a ser engañada nuevamente.
Lucía está catalogada como señora, oscila entre los 25-30 años, tiene el cabello largo
rizado negro, utiliza pantalones holgados algunos de lona otros de tela, no se maquilla, su