VE-16 SEPTIEMBRE 2015

quiero saber algo: no es culpa de los niños no haber nacido, en todo
caso es de los padres. Entonces, ¿Por qué pagan ellos, por qué están
sufriendo?
El anciano sonrió.
—No están sufriendo Pilar. ¿De dónde sacas esa idea? ¿Acaso
has visto alguno? —preguntó.
Pilar negó con la cabeza y se encogió de hombros.
—Lo enmendarán los padres en una próxima vida; de alguna
forma deben compensar su error.
Los niños aquí solo están detenidos, este es un lugar de
contención, de amor, de paz pero con un espacio finito. Cuando el
alma está lista retorna al camino para continuar con el aprendizaje.
Solo están aquí para que podamos aliviar su dolor inicial y
devolverles la alegría. El aborto, como lo llaman ustedes, es un acto
sumamente brutal, salvaje y despiadado. La fragilidad de un ser en un
vientre humano es comparable al pétalo de una flor, a las alas de una
mariposa.
El tiempo aquí calma el dolor de estas almas. Tiempos distintos
por supuesto, no son los que tú conoces. Y además de cuidarlas
también se las protege.-
—¿Perdón, de quién se las protege? —Preguntó Pilar.
—¿Has oído hablar de los devoradores de almas?
—Leí sobre ello en algún libro.
—Pues de ellos —dijo la joven, un fuerte escalofrío le corrió por
la espalda.
—Y el día que dejen de llegar almas ¿Qué ocurrirá?
Un ángel vendrá a buscarlas y las llevará al Paraíso, Nirvana,
como quieras llamarlo. Y yo me iré con ellos.
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