VE-16 SEPTIEMBRE 2015
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No había esqueletos. No había carne putrefacta bajo aquellas<br />
máscaras brillantes. No había nada de aquellas historias. Eran<br />
hombres, sólo hombres normales y corrientes, de carne y hueso y<br />
riendo de manera escandalosa, con los rostros sudorosos.<br />
—Vamos, luego haremos las presentaciones. Ahora nos tenemos<br />
que ir de aquí antes de que alguien nos vea. Hay que mantener el<br />
misterio –dijo con voz amable aquel que le había apuntado a la<br />
garganta.<br />
—Qué demonios… —dijo Kevan.<br />
—A todos nos pasa lo mismo, no te sientas mal por ello. Hay<br />
tantas historias sobre el Ejército de los Muertos que todos esperamos<br />
que realmente sean almas en pena. Seres fantasmagóricos con la<br />
carne descolgándose del hueso y todas esas cosas. No es cierto, claro<br />
está. No somos más que buenos guerreros que alquilamos nuestros<br />
servicios por una buena suma.<br />
—Mercenarios…<br />
—Mercenarios, sí, pero los mejores. Somos el único ejército<br />
invencible gracias, en parte, a todas esas historias de taberna que<br />
corren por ahí. He de decir, que alguna de ellas me ha llegado a<br />
sorprender…<br />
El hombre siguió hablando, pero Kevan ya no escuchaba. Falso.<br />
Era todo falso. Había arrojado su espada a los pies de una mentira. La<br />
gloria. La vida eterna. Todo se evaporaba a su alrededor. Notó que la<br />
furia le ardía en sus entrañas. El Ejército de los Muertos haría honor a<br />
su nombre. Esa misma noche, les mataría mientras durmieran.<br />
M.H. Heels (León)<br />
http://mhheels.wordpress.com/<br />
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