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Revista Mansaborá 25 del IES Profesor Hernández-Pacheco de Cáceres
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PARTIDA Y REGRESO<br />
Pablo Velasco Clemente.<br />
Antiguo alumno.<br />
Han pasado ya casi cinco años desde que mi promoción abandonara las puertas de este centro<br />
para iniciar un nuevo camino en el mundo universitario. Han pasado ya casi cinco años, insisto,<br />
y a un servidor le han parecido cinco días. Haber vuelto ahora como profesor en prácticas del<br />
MUFPES me permite comprobar el potencial de las nuevas generaciones—que pese a la pavera<br />
de su edad, son alumnos magníficos, ingeniosos y grandes personas— y, a su vez, revivir<br />
innumerables recuerdos de profesores entrañables y de buenos momentos con amigos de toda<br />
una vida.<br />
Cuando el profesor Juan-Antonio Cáceres me solicitó que colaborara con esta revista— que<br />
además celebra su cuarto de siglo de vida— dos pensamientos vinieron rápidamente a mi cabeza.<br />
El primero: las numerosas cartas de antiguos alumnos del centro que plagan los veinticuatro<br />
números anteriores de esta publicación y, en particular, la Carta a un alumno del Pacheco de<br />
Jorge García Domínguez, hoy Ingeniero Informático y dibujante, que puede encontrarse en el<br />
nº.20 de esta revista (y cuya lectura recomiendo encarecidamente). En aquella carta Jorge<br />
recordaba el “cachondeo nervioso” que todos hemos sentido alguna vez al dirigirnos al salón de<br />
actos para los exámenes y se preguntaba también si aún seguíamos llamando a esta sala “el<br />
matadero”. Con cinco años de retraso permíteme responderte, Jorge: lo seguíamos llamando “el<br />
matadero” en el 2011, lo siguen llamando “el matadero” en el 2016 y lo seguirán llamando así<br />
hasta el día en el que este edificio pase a mejor vida. Se sigue jugando al fútbol y al baloncesto<br />
en los recreos, Paco sigue sirviendo sus bocadillos a ritmo frenético y María sigue siendo fiel<br />
guardiana de los pasillos con su ristre de llaves en mano. La historia de este centro es ya amplia—<br />
como da fe esta revista—, y define el carácter y naturaleza de este Instituto, que ha destacado<br />
siempre por su buen hacer, por su exigencia y por su voluntad de plantear una educación integral<br />
y racional. Muchos de mis profesores ya se han jubilado o han cambiado de destino, aunque, por<br />
suerte, con otros tantos me he podido reencontrar ahora. Siempre recordaré con cariño las clases<br />
de Dory, Concha, Desamparados, Jose-Maria Antonio, Sara Vázquez, Paloma, Paqui, Juan-<br />
Antonio Cáceres, Julia Suárez y, especialmente, las de mi estimadísima Maria Eugenia Matas,<br />
profesora de Latín y Griego. De todos aprendí mucho y a todos ellos les debo lo que soy ahora y<br />
lo que me planteo ser en el futuro.<br />
I.E.S. “Profesor Hernández-Pacheco”. Año 2016