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hora de lectura

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con aristas agudas, así que eran recientes. La fecha era <strong>de</strong> hacía una semana; el<br />

trozo <strong>de</strong> versículo <strong>de</strong>cía: « Cuando se disipen las sombras…» ; en cuanto a la<br />

pequeña puerta blanca <strong>de</strong>l jardín, seguía inconmovible porque… era <strong>de</strong> piedra.<br />

En la posada, se <strong>de</strong>scubrió a sí mismo con la mirada fija, ante una mesa <strong>de</strong> la<br />

que no habían retirado el servicio <strong>de</strong> té. Tenía un <strong>hora</strong>rio <strong>de</strong> trenes en las manos,<br />

y estaba con la cabeza inclinada sobre él: trataba <strong>de</strong> <strong>de</strong>scifrar lo que ponía en el<br />

creciente crepúsculo. Junto a él, toqueteando aún un florín, seguía esperando la<br />

camarera; con la otra mano sostenía una ban<strong>de</strong>ja marrón con un perro corriendo<br />

pintado en su superficie abollada. La ban<strong>de</strong>ja oscilaba a un lado y al otro<br />

mientras ella hablaba, siguiendo evi<strong>de</strong>ntemente una conversación que su cliente<br />

había iniciado. Porque le estaba informando, con ese tono neutro y falto <strong>de</strong><br />

interés que emplean estas personas:<br />

—Todos fuimos a su funeral, señor… el pueblo entero fue. La tumba era <strong>de</strong><br />

su padre: <strong>de</strong> la familia…<br />

Luego, viendo que su cliente estaba <strong>de</strong>masiado abstraído en el <strong>hora</strong>rio <strong>de</strong><br />

trenes para escuchar, calló, y empezó a colocar el servicio <strong>de</strong>l té en la ban<strong>de</strong>ja<br />

con ruidoso entrechocar <strong>de</strong> loza.<br />

Diez minutos <strong>de</strong>spués, en la calle, se <strong>de</strong>tuvo in<strong>de</strong>ciso. En la estación, justo<br />

enfrente, estaba ya bajada la señal. Se estaba extendiendo la niebla. Miró hacia<br />

el camino sinuoso que se perdía a lo lejos; luego, lentamente, dio media vuelta, y<br />

llegó al andén en el momento en que entraba el tren en dirección a Londres. Se<br />

sentía viejo… <strong>de</strong>masiado viejo para hacer andando tres millas…

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