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se afirmaba lo que constituiría el cimiento de la Teoría de la Utilidad Marginal. Gossen<br />
sostenía que la cantidad de uno y el mismo placer disminuye constantemente a medida que<br />
experimentamos dicho goce sin interrupción, hasta que se llega a la saciedad. Varios años<br />
después, en 1871, salió a la luz una de las obras más importantes en la historia de la disciplina<br />
económica actual: “La Teoría de la Economía Política”. Su autor, William Stanley<br />
Jevons, reivindicó con ella el nombre del hasta entonces olvidado Gossen y puso de su<br />
cosecha el principio de que el valor dependía de la utilidad, definiéndola como la relación<br />
de un objeto con un sujeto. De esta manera, la Economía pasó a ser una disciplina subjetivaespiritista<br />
que es hoy y los seres humanos fueron definitivamente representados por una<br />
abstracción mental llamada Homo economicus, un conjunto de zombis cuyas preferencias<br />
fueron reducidas a funciones matemáticas. De este modo, de un solo plumazo, se dejaron<br />
de lado los procesos objetivos de la producción y de la distribución, tal como lo habían<br />
sostenido los clásicos (Smith, Ricardo...)<br />
Se formaliza el modelo del Consumidor<br />
Con el objeto de formalizar la teoría de la utilidad, los marginalistas decidieron que la Economía<br />
era una ciencia descriptiva, con la capacidad de establecer “leyes universales”, supuestamente<br />
válidas para todo espacio-tiempo. En lo que se refiere al consumidor, los Neoclásicos<br />
consideraron que era necesario formalizar la teoría de la “Elección Racional”, formalización<br />
que se estableció en los siguientes postulados:<br />
Completitud<br />
Si A y B son dos situaciones cualesquiera, el individuo siempre puede especificar exactamente<br />
una de las tres posibilidades siguientes:<br />
La preferencia por A es mayor que B<br />
La preferencia por B es mayor que A<br />
A y B son preferidos con misma intensidad<br />
Por otra parte, se excluye cualquier situación en la que la persona prefiera B a A y, al mismo<br />
tiempo, A a B.<br />
Transitividad<br />
Si una persona prefiere A a B y B a C, entonces prefiere A a C.<br />
Continuidad<br />
Si una persona prefiere A a B también debe preferir las situaciones parecidas que deriva de<br />
la elección de preferencia de A y no B<br />
Insaciabilidad<br />
El supuesto dice que, en todo tiempo y espacio, “más es mejor que menos” tanto en lo que<br />
se refiere a bienes individuales como a cestas de consumo<br />
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