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Esta entrevista fue filmada.<br />
Pueden verse algunos<br />
fragmentos destacados<br />
en nuestras redes<br />
yenny.elateneo<br />
yenny_elateneo<br />
lleve por delante historias que desconocía. Que sepa algo más<br />
de Jack el Destripador; que se lleve por delante la dialéctica<br />
del amo y el esclavo de Hegel; algunas ideas que lo entusiasmen<br />
y sean para él tan bellas e importantes como lo fueron<br />
para la trama del libro. Creo que es lindo ir tejiendo una trama<br />
así, amueblada de visitantes bellos. Estas cosas las aprendí con<br />
Alejandro y después, por supuesto, me encargué de ponerle mi<br />
tono personal que tiene que ver con el psicoanálisis y con otras<br />
cosas. Pero me di cuenta de que esto de apelar a la intertextualidad<br />
funciona muy bien e intento desarrollarlo.<br />
–Una figura recurrente dentro de su novela es la del<br />
hombre que afirma que daría la vida por una mujer.<br />
¿No teme que en tiempos en que el amor romántico<br />
es puesto en cuestión esta idea de la masculinidad<br />
pueda ser juzgada como algo anticuada? No creo que<br />
el libro esté recorrido por una idea de la masculinidad, sino<br />
de la caballerosidad. No es lo mismo. Quiero decir que los<br />
personajes –al menos los que amo, porque los que detesto<br />
podrán ser otra cosa, incluso un poco machistas– son ampliamente<br />
feministas. Idealizan a la mujer, te diría. Es cierto que<br />
tocándose en un punto con la idea del amor cortés, que yo<br />
creo es una de las primeras maneras del feminismo. Creo que<br />
el amor visto desde ese lugar es subversivo.<br />
–¿Por qué? Porque fue el primer momento en el que la<br />
mujer fue más importante que el hombre. El hombre iba a<br />
dar su vida en un combate por el amor de una mujer que ni<br />
siquiera le daba un beso. Los caballeros elegían una dama que<br />
casi siempre estaba comprometida o casada con otro y a la<br />
que no tendrían nunca, porque en cuanto lo hacían aparecía la<br />
tragedia, como en Tristán e Isolda. Es una idea muy poética la<br />
del amor cortés y en ese sentido considero que es la primera<br />
subversión del poder del hombre sobre la mujer, al decir que<br />
los hombres somos esclavos de la mujer que amamos. Es cierto<br />
que hay algo cortesano en la forma en que aman Rouviot y<br />
otros personajes de la novela, pero si recorrés el libro también<br />
te vas a dar cuenta de que los personajes femeninos no son el<br />
estereotipo de mujer subyugada al poder masculino.<br />
–Más allá de la idea del amor cortés, es evidente que<br />
Rouviot tiene problemas para establecer vínculos amorosos.<br />
Porque no termina de creer que es digno de ese tipo<br />
de amor. Además tiene esta idea interior de que todo lo que<br />
toca lo lastima y entonces ama de un modo tal que no quiere<br />
lastimar. Tanto, que prefiere renunciar. Es un personaje digno<br />
de ser analizado. Me gustaría tenerlo de paciente.<br />
–Rouviot dice que hoy “los homosexuales ya no necesitan<br />
esconderse”. Pero la realidad es que más allá de<br />
ciertos sectores progresistas las comunidades LGBT<br />
no han dejado de sufrir distintos tipos de persecución.<br />
¿No cree que se trata de una afirmación inocente para<br />
un personaje que ha mostrado una mirada tan desencantada<br />
de la realidad? Creo que esto que señalás es<br />
cierto. Pero lo que Rouviot quiere decir es que en Buenos Aires<br />
caminamos y vemos dos chicas dándose un beso en Plaza<br />
Congreso, dos chicos abrazados en un subte y ya no hace falta<br />
que vayan a un boliche gay. Y si el boliche es mayoritariamente<br />
gay, ya no está escondido en un sótano. No necesitan ir a<br />
tener sexo al baño de la estación de Banfield, porque pueden<br />
entrar en un hotel sin problema. Lo cual no quiere decir que<br />
la lucha haya terminado y menos en los tiempos que corren:<br />
de Trump bajando por Bolsonaro y escuchando algunas voces<br />
que se levantan en la patria, yo tengo un miedo tremendo.<br />
El otro día escuchaba a alguien con altas ambiciones políticas,<br />
que amparado en una visión religiosa decía que tenía la<br />
voluntad de ir contra todo lo que sea antinatural. ¡Como si<br />
hubiera algo natural en el ser humano! Porque si vamos contra<br />
todo lo antinatural, entonces nuestros hijos se van a tener<br />
que morir de tuberculosis. ¿Porque dónde está la naturalidad<br />
de los antibióticos? ¿O Dios creó también el Amoxidal? Si vamos<br />
contra todo lo antinatural vamos a dejar que las mujeres<br />
se mueran en los partos en lugar de atenderlas, hacerles una<br />
cesárea o ponerles suero... Es una locura.<br />
–Recién habló de tener a Rouviot como paciente y el libro<br />
ofrece motivos suficientes para creer que al personaje<br />
le vendría bien una terapia. ¿Se anima a esbozar<br />
un diagnóstico para explicar qué pasa en la cabeza de<br />
Rouviot? Pablo Rouviot es un hombre bien analizado, que<br />
ha pasado por el diván. No podría ser un gran analista si no<br />
fuera así. Pienso sin embargo que no ha llegado al final de su<br />
análisis, porque Lacan definía esta instancia como “el estado<br />
de poder sostener la soledad sin sentir tristeza”. Y Pablo<br />
debería estar solamente triste, pero por momentos está angustiado<br />
y algo tiene que hacer con eso. Lo que pasa es que<br />
a mí me sirve que en vez de hacerlo en un análisis lo haga<br />
apasionándose con alguna relación o en el descubrimiento de<br />
un caso. Me sirve un Rouviot capaz de ver o escuchar lo que<br />
los otros no ven ni oyen, o de resolver situaciones en las que<br />
los demás no saben qué hacer, pero que de repente no pueda<br />
con algo tan sencillo como “me gusta esta mujer y me angustio<br />
porque no sé qué hacer, porque no estoy preparado para<br />
el amor”. Me pareció más interesante hacer este neurótico,<br />
ya que me pedís un diagnóstico. Un neurótico obsesivo un<br />
poco torturado, que se debate entre la idealización de un padre<br />
cuya ausencia no termina de superar y la angustia por una<br />
madre a la que no termina de contener. Y que, obviamente,<br />
ante en la imposibilidad de resolución edípica resulta incapaz<br />
de armar una pareja. Este es el problema clínico de Rouviot<br />
y me encantaría trabajarlo, pero por ahora me sirve más que<br />
ande por la vida intentando resolver crímenes<br />
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