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Cocina<br />
Comerse el mundo<br />
Cuesta creer cómo se viajaba antes de Internet. Hoy no vamos ni a la esquina sin chequear<br />
desde el celu el tránsito, el clima, si el negocio está abierto o el menú del día. Nuevos recursos<br />
forman nuevos consumidores y la gastronomía es un espacio ideal para los ciberviajeros<br />
POR Marina García<br />
A favor o en contra de las nuevas tecnologías –especialmente<br />
las portables– no se puede subestimar la transformación<br />
que han operado en los aspectos más cotidianos. En lo que<br />
a “buena vida” respecta, las redes son el aleph que abre la<br />
puerta a una miríada de propuestas que amplifican el deseo,<br />
promueven la interculturalidad y ofrecen respuestas a preguntas<br />
que todavía ni nos hemos imaginado.<br />
Salir a comer puede ser toda una aventura: ¿qué tipo de comida?,<br />
¿qué zona?, ¿qué estilo de restaurante?, ¿sin TACC?,<br />
¿vegana?, ¿india?, ¿un festival?, ¿un espacio intimista? Todo<br />
esto puede consultarse desde un simple celular y lo más<br />
descollante es que se puede acceder a opiniones de usuarios,<br />
fotos, notas en medios, comparativas de lugares similares,<br />
curriculum coquinare del chef y hasta incluso pedir que lo<br />
traigan a casa en menos que un gallo canta.<br />
Otra de las maravillas que permite la “matrix” es que cada<br />
consumidor es al mismo tiempo productor del mensaje, una<br />
modalidad hija de este siglo a la que fuimos entrando casi sin<br />
darnos cuenta. Hoy es común pasar frente a un local, sacar<br />
una foto, subir a la red, suscribirse a sus canales –Instagram,<br />
Facebook, Twitter, Pinterest, etc.– “arrobar” a los amigos<br />
(otra nueva costumbre de estos nuevos tiempos), invitar,<br />
difundir, compartir.<br />
Descubrir un lugar siempre fue un valor entre los gourmand,<br />
pero hacerlo hoy, cuando todo está en la vidriera, es todo un<br />
talento millennial.<br />
Otro dato de estilo es suscribirse a los hashtags, esos # famosos<br />
que uno cree que no sirven para nada. Esta suerte de<br />
etiquetas facilitan a la red de redes una idea de nuestros gustos<br />
y habilita a que se despache con novedades diarias que<br />
incluyen videos, televisión en vivo, ofertas, eventos, descuentos,<br />
clases gratuitas, degustaciones y más. Tendencias alimentarias<br />
y gastronómicas tienen hoy en Internet su espacio más<br />
vertiginoso, lo que fue visto en Tailandia, aparece de repente<br />
en Villa Crespo, con un toque cordobés y servido al estilo<br />
italiano. Los puristas horrorizados no harán esperar su “ya no<br />
se respeta nada” pero aún para ellos habrá info detallada de<br />
bodegones clásicos, parrillones y lecherías en cualquier parte<br />
del planeta, dispuestos a recibirlos.<br />
La tecnología es hoy una brújula, depende de cada uno perderse<br />
lo cercano por focalizar solo en las pantallas, o usarla<br />
para ampliar horizontes inimaginados<br />
LA COCINA DE TEFI<br />
Tefi Russo<br />
Grijalbo<br />
EL ROCK EN LA COCINA<br />
Cook Grimaldi<br />
Sudamericana<br />
A CUATRO MANOS<br />
Natalia Kiako<br />
Sudamericana<br />
Chica mediática si las hay, Tefi Russo es divina por donde<br />
se la mire: hipersimpática, siempre a la moda, viajera,<br />
curiosa, maneja las redes como ninguna (@inutilisimas)<br />
y además… cocina rico. Su estandarte es una propuesta<br />
sabrosa y desestructurada, donde “si algo sale mal...<br />
¡está todo bien!”. Algo tan simple, pero tan importante<br />
que permite que sus fans se animen a seguir y recrear<br />
sus recetas tentadoras y fáciles. Muy genia.<br />
Otro superhéroe de las hornallas es el queridísimo<br />
@cookgrimaldi, uno de esos tipos entrañables que te<br />
gustaría tener de amigo. Cook es sinónimo de comida<br />
todo terreno, de recetas que te hacen levantar de la<br />
cama para prepararte algo, de improperios que en<br />
porteño son sinónimo de elogio. Este libro, al igual que<br />
toda su vidriera mediática, es un cross a la mandíbula<br />
que encima se agradece. Un groso.<br />
Imposible no hacerse fan de @natikiako, que es,<br />
a su estilo, la Blanca Cotta de nuestra época. Sus<br />
recetas, pero especialmente sus textos, nos llevan a<br />
un espacio intimista, perfumado de vainilla y manos<br />
en la masa. En este, su segundo libro, ahonda en la<br />
cocina cotidiana, con recetas para compartir en familia<br />
y alimentar a plena consciencia (que es mucho<br />
más que dar de comer). Muy recomendable.<br />
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