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Tema de tapa<br />
seis<br />
Turismo oscuro,<br />
una extraña manera<br />
de viajar<br />
POR Agustina Zabaljáuregui<br />
A la hora de elegir lugares<br />
para vacacionar cada uno tiene<br />
sus preferencias. Algunos<br />
solo quieren estar en posición<br />
horizontal sobre la arena<br />
escuchando la música de las<br />
olas. Otros disfrutan de hacer<br />
trekking en zonas montañosas<br />
y mojarse cada tanto los pies<br />
en un lago gélido. A la vez<br />
están aquellos a quienes les<br />
gusta probar comidas exóticas,<br />
aprender idiomas nuevos y<br />
conocer culturas distintas.<br />
Pero también hay quienes<br />
optan por el contacto directo<br />
con la destrucción. Para ellos<br />
existe el turismo oscuro, una<br />
tendencia a la hora de viajar<br />
que no para de crecer<br />
La expansión del turismo oscuro es tal que ya tiene su<br />
propia serie de Netflix. Se llama Dark Tourist y en ella un<br />
periodista neozelandés, David Farrier, viaja sometiéndose<br />
a los tours más raros y tétricos de los cinco continentes.<br />
El término fue creado en 1996 por dos académicos escoceses<br />
del departamento de Hospitalidad, Turismo y Ocio de<br />
Glasgow Caledonian University, cuando intentaban ponerle<br />
un nombre a este gusto por visitar lugares relacionados con<br />
el dolor, la muerte y lo macabro. El tanatoturismo, como<br />
también lo llaman, es objeto de estudio en todo el mundo y<br />
su alta demanda se ha convertido en un misterio que todos<br />
quieren descifrar. Uno de los expertos argentinos en la<br />
materia es Maximiliano Korstanje y él lo define de este<br />
modo: “Para que haya turismo oscuro, el principal elemento<br />
que ha de darse es la thanaptosis, de thánatos (muerte), un<br />
proceso por el que el sujeto interpela y prefigura su propia<br />
muerte a través de la muerte de otro”.<br />
Lo cierto es que hay distintos niveles de turismo oscuro. No<br />
es lo mismo visitar cementerios o lugares donde ocurrieron<br />
batallas famosas que hacer la ruta de asesinos seriales o lugares<br />
donde han ocurrido desastres nucleares. También existen<br />
distintas razones para visitar estos lugares. No todo es morbo<br />
en el tanatoturismo, especialmente con destinos donde han<br />
ocurrido numerosas muertes y queda una herida colectiva<br />
que se busca asimilar, entender un hecho y rendirle homenaje.<br />
Korstanje asegura al respecto: “El turismo ha demostrado<br />
ser un mecanismo de resiliencia formidable, y muchos<br />
espacios de destrucción o de trauma social como el Ground<br />
Zero de Nueva York o Nueva Orleans se reconstruyen por<br />
medio de una alegoría, un discurso creado para otros que se<br />
acercan para comprender por qué ha pasado lo peor”.<br />
El turismo oscuro no es algo nuevo, a pesar de que no hace<br />
tantos años que tiene ese nombre. En tiempos del Imperio<br />
romano el entretenimiento por excelencia era ver gladiadores<br />
matándose en la arena del Coliseo. Durante la Edad Media<br />
eran muy comunes las peregrinaciones, consideradas hoy<br />
parte del fenómeno. Ni hablar de las quemas de infieles a<br />
las que todo el pueblo asistía. Incluso el primer tour guiado<br />
de Inglaterra fue un viaje en tren para asistir al ahorcamiento<br />
de dos asesinos. Entre fines del siglo XVII y comienzos<br />
del XVIII, se pusieron de moda las visitas a cementerios,<br />
campos de batalla y castillos con presencias paranormales.<br />
Esto último se incrementó más tarde, con la influencia de la<br />
literatura gótica.<br />
Tal vez la existencia de ofertas extremas en el turismo<br />
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