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Entrevista<br />

cinco<br />

John Katzenbach<br />

El regreso del<br />

Dr. Starks<br />

POR Juan Maisonnave<br />

Fotos: Juliana Orihuela<br />

Dieciséis años después, el autor<br />

estadounidense nos sorprende<br />

con Jaque al psicoanalista<br />

(Ediciones B), la segunda parte<br />

de la novela que lo convirtió en<br />

un best seller internacional. Nos<br />

atendió para conversar sobre la<br />

importancia del estilo en su obra,<br />

qué recursos propios del thriller<br />

utilizó esta vez y cuál fue la<br />

escena que más disfrutó escribir,<br />

entre otros temas<br />

John Katzenbach (1950, Princeton, Nueva Jersey) acaba<br />

de publicar Jaque al psicoanalista, la secuela del libro que lo<br />

hizo mundialmente famoso, El psicoanalista, un thriller con<br />

el que vendió más de diez millones de copias en todo el mundo.<br />

Mucho tiempo pasó desde que el Dr. Frederick Starks,<br />

protagonista en ambas novelas, se enfrentara a una familia<br />

de psicópatas obsesionada con él. Compuesta por Virgil, la<br />

hermana actriz, y Merlin, el hermano abogado, la familia<br />

del asesino Rumplestiltskin (el oscurísimo Sr. R) reaparece<br />

en la vida de Ricky y lo obliga a jugar un peligroso juego de<br />

persecución cuyas pistas se entregan en videos que sugieren<br />

una intimidad bajo amenaza. Katzenbach sube la apuesta del<br />

thriller psicológico con otra buena dosis de paranoia, manipulación,<br />

crímenes y cuentas pendientes.<br />

–En la ficción, para el Dr. Starks pasaron cinco años,<br />

mientras que para usted, entre una novela y otra,<br />

fueron dieciséis. ¿Por qué tardó tanto en escribir esta<br />

segunda parte? Es que yo no quería saber más nada con<br />

Frederick Starks. Pero, en una conversación con un amigo,<br />

él me preguntó cómo seguía la vida de mi personaje, qué<br />

pasaba después de ese final. Y, en sucesivas charlas, continuó<br />

preguntándome sobre Ricky. Así que la historia empezó a<br />

cobrar forma en mi cabeza. El problema era que yo tenía<br />

ganas de escribir otros libros antes. Fue después de todo el<br />

tiempo que me tomó escribir esos libros que volví a pensar<br />

seriamente en Ricky.<br />

–Buena parte de la trama de Jaque al psicoanalista gira<br />

en torno al ajedrez. En un momento, Ricky analiza el<br />

juego de esta manera: “No se trata del jaque mate, sino<br />

del rey siendo atrapado y sentenciado, una verdadera<br />

psicopatología”. ¿Qué le interesaba del ajedrez como<br />

metáfora? Lo primero que debo decir es que no soy un gran<br />

jugador de ajedrez. Me interesa el ajedrez y los juegos de<br />

estrategia porque son como microcosmos tanto de la guerra<br />

como de la psicología de una batalla. Y de eso trata el libro.<br />

Es decir, en la superficie transcurre un thriller, pero en un<br />

nivel más profundo la narración trabaja sobre vínculos y relaciones.<br />

Cómo se construyen, cómo mutan, cómo se vuelven<br />

destructivas.<br />

–En el primer video enviado por el Sr. R, el enemigo<br />

íntimo de Ricky, aparece Paddington Bear (célebre<br />

personaje de ficción infantil creado por el escritor<br />

inglés Michael Bond en 1958). ¿Cree que este oso de<br />

peluche entra en la trama como un McGuffin hitchcockiano?<br />

Absolutamente. No quiero revelar demasiado<br />

por qué está puesto ahí, para evitar spoilers. Lo que sí puedo<br />

decir al respecto es que cualquier recurso, técnica o método<br />

resultan válidos para el escritor a la hora de generar en el<br />

lector una creencia o intuición de que está frente a una pista,<br />

sea falsa o decisiva, para la resolución de la trama. Bueno, se<br />

me ocurrió que la figura del osito Paddington era lo suficientemente<br />

sugestiva como para lograr ese objetivo.<br />

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