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SALA DE TOGAS
omitir para no hacer interminable
esta cita, fueron dando muestras del
buen hacer en la Administración de
la Justicia: D. José Luis Manzanares
Samaniego hoy Vicepresidente del
Consejo General del Poder Judicial
D. Emilio Navarro Esteban, que
actuó con jurisdicción prorrogada
desde Cuevas del Almanzora, D.
José Rodríguez Jiménez. Presidente.
hoy, del Tribunal Superior de Justicia
de Castilla-La Mancha, D. Abelardo
González Ramos, después Presidente
de nuestra Audiencia Provincial.
D. Lázaro Salas Salas. D.
Franci~co Angula Martín ...
Pero.entre los que, para mí. tiene
una especial significación y recuerdo,
por estar más próximo en la
edad, tengo que citar a Juan de la
Cruz Belmonte Cervantes, que a la
sazón qesempeñaba el Juzgado de
Huércal Overa y en prórroga, Purchena,
recorriendo los cincuenta
kilómetros que separaban ambos
pueblos ¡en moto! sin otro equipaje
que su cartera donde traía las sentencias
pendientes.
Pero la vida sigue su curso. Me
incorporo al Colegio de Abogados
de Huércal Overa, pasando después
al Colegio de Almería en el que
cumpli mis veinticinco años de
ejercicio profesional, conservando
en mi despacho el diploma que
acredita tan señalada fecha entregado
por nuestro actual Decano en
un acto solemne junto con otros
compañeros, que estaban en el mismo
caso.
Y si bien es cierto, que la vida profesional
me ha c;lado satisfacciones y
también, como ño, los naturales sinsabores
que lleva consigo todo
pleito, sería imperdonable, que omitiera,
que en el orden personal, mi
mayor satisfacción tuvo su epicentro
el día, que mí hija María Remedios
después de haber terminado
con éxito las oposiciones de Magisterio,
me manifestó su deseo de
hacer la carrera de Derecho, lo que
efectivamente consiguió, en menos
convocatorias de las normales, y
que habrá de ser la continuación de
este despacho por imperativo de la
juventud, que ella todavía tiene.
Mención especial, también merece,
en esta pequeña crónica de mi
vida profesional la "faena" que nos
hizo el Ministerio de Justicia en una
Ley de Presupuestos, suprimiendo
de un plumazo más de cien Juzgados,
entre ellos, Purchena y Vélez
Rubio, por c~nsiderar, con las estadísticas
en las manos, que no hacían
falta. La lucha que mantuvimos
para evitar tamaño desafuero fue
épica ¡sin que nos hicieran el menor
caso!.
El paso de los años nos dio la
razón a los que luchamos por evitarlo.
Los pleitos se multiplicaron y
por fin, se ha reparado la injusticia
histórica, que se cometió, en su dia,
con estos dos Juzgados, con los que
tuve la inmensa satisfacción de
reencontrarme en sus nuevas funciones,
veinte años después.
Sigo creyendo en la JUSTICIA.
Comprendo los males que aquejan
al sistema y que el justiciable no
pueda comprender que pasen, en
algunos casos, años, para conseguir
el final de su pleito.
Es opinión generalizada, que la
justicia es lenta y voces más autorizadas
que la mía, lo han dicho, en
todas las vertientes, pero nada podrá
conseguirse sí no se dotan a los
Jueces y Tribunales de los medios
humanos y técnicos que permitan
salir del atasco.
Todos estamos de acuerdo, que la
justicia ha de agilizarse, pero ello
no será posible si se olvida, que los
Jueces tienen también sus propias
limitaciones humanas a los que no
les podremos exigir que pongan
más sentencias, que aquellas, que
su propio tiempo y dedicación le
permitan'.
A los jóvenes, mi afecto y deseo de
que sigan llenos de ilusión en el
ejercicio profesional, pero sin olvidar,
que también, los menos jóvenes
desempeñamos una importante función,
donde la experiencia de muchos
años, es un caudal enriquecedor
y fuente de conocimientos, a lo
que mis compañeros jóvenes también
han de llegar, ya que la juventud
es la única enfermedad que se
cura con el tiempo.
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