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isla-interior-angel-santiesteban-prats

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me dijo, mientras guardaba un papel con la silueta de la<br />

plantilla.<br />

Otro integrante, previendo lo mal que pudiera irle en esa<br />

ciudad, pidió una semana más de estancia en el Distrito<br />

Federal, para a como fuera revertir sus carencias habaneras.<br />

Un baño de capitalismo, de vez en vez, no viene mal,<br />

aseguró.<br />

Alguno comentó que aceptó la invitación al país azteca<br />

para disfrutar de la tranquilidad de una alimentación<br />

adecuada, sábanas limpias a diario, la CNN, y agua caliente<br />

para ducharse. Con eso me siento como si me hubiera<br />

ganado el premio Nobel, o más que eso: campeón de los<br />

pesos completos, me dijo. No le importó que un amigo<br />

mexicano, dado a las letras, le aseverara vía correo<br />

electrónico que desconocía que en aquella ciudad<br />

organizaran una feria del libro.<br />

Apenas llegaron al aeropuerto mexicano, se escuchó el<br />

alarido de los organizadores. Cuba había prometido correr<br />

con parte de los gastos. Tras pagar ellos el pasaje, infirieron<br />

que los escritores llegarían con el dinero del hospedaje.<br />

Nada tan ajeno a la verdad. Luego de una gestión del comité<br />

gestor, varios dueños de hoteles, siempre en aras de<br />

cooperar con la cultura de su ciudad, “brindaron” hospedaje<br />

gratuito a los cubanos.<br />

No conformes con esto, dos días después de su llegada,<br />

los escritores cubanos nombraron un representante de la<br />

delegación para que exigiera su estipendio, mostrando a<br />

cuantos encontraron en su camino, la carta de invitación que<br />

aseguraba la entrega de un eximio peculio. Y lo lograron.<br />

Antes, uno de los organizadores comentó, que somos los<br />

únicos extranjeros que conoce incapaces de exigir en su casa<br />

lo que les toca o les prometen, pero eso sí, aptos para<br />

reclamar, a cualquier anfitrión, favores con escopeta.<br />

Duele contarlo. Cuando me lo dijeron sentí pena ajena<br />

por ellos. Un sentimiento solidario emerge, al constatar<br />

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