25.02.2013 Views

isla-interior-angel-santiesteban-prats

isla-interior-angel-santiesteban-prats

isla-interior-angel-santiesteban-prats

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

evenderlos o llevarlos como aporte a la comida familiar.<br />

Y esto sucedía cuando en la arena, aún quedaban las<br />

siluetas de sus pisadas antes de montar las balsas.<br />

EL COLOR DE LA VIDA<br />

Ángel Santiesteban-Prats<br />

Esa mañana mi madre no amenazó con que si dejaba el<br />

desayuno no iría al estudio de Salvador para verlo pintar.<br />

Esas palabras bastaban para que aceptara cualquiera de<br />

sus mandamientos.<br />

Salvador se había acostumbrado a mi presencia. Aprendí<br />

a no molestarlo. Desde una esquina observaba su ritual de<br />

prepara ar los óleos con el cuidado del gran alquimista.<br />

Intentaba aprender cada gesto porque aspiraba a ser su<br />

amanuense. Para mí la felicidad era poder algún día<br />

sostener su paleta, apretar los tubos, y hasta con el tiempo,<br />

ayudarlo en un trazo preciso. Me deleitaba mirar cómo el<br />

lienzo iba cediendo espacio a otros colores. Sin querer me<br />

introducía en un mundo de líneas, puntos, calidoscopios de<br />

imágenes que nunca eran repetidas. Al final, fatigado, lo<br />

tapaba con un paño blanquísimo para protegerlo de e los<br />

ojos de su hija y su esposa.<br />

Pero esa mañana mi madre no mencionó a mi amigo<br />

Salvador. Y yo como símbolo de desobediencia dejaba el<br />

vaso de leche completamente lleno. Miraba a sus ojos pero<br />

ella me evitaba. Dijo que ya no podría verlo pintar: falleció<br />

178

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!