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La Reserva Ecológica Costanera Sur - Patrimonio Natural y Cultural de la Ciudad de Buenos Aires<br />
en nuestra vida diaria produce una pérdida de la noción del tiempo pasado<br />
desde un hecho determinado. Esto es peor cuanto mayor sea la presión a<br />
la que estamos sometidos y la vorágine cotidiana en la que nos hallamos<br />
inmersos-expresa.<br />
Más juegos y descubrimientos<br />
Un muchacho asevera con los ojos brillantes, conmovido, casi “lagrimeando”<br />
de emoción -Me maravilló ver la simpleza con la que el agua refleja la luz y la<br />
textura que ocasionan las plantas epífitas sobre los troncos. Capturé cientos<br />
de imágenes en mi retina que me servirán para recordar en el futuro y recrear<br />
en mi mente la naturaleza que me perforó el alma, en el buen sentido. Por<br />
eso es tan importante venir con una actitud perceptiva y abierta a “sentir”.<br />
El ámbito en el cual está hoy “instalada” la Reseva conjuga historia, arte<br />
y ambientes únicos. Muy pocos espacios pueden darnos esta posibilidad.<br />
Nuestra cultura se funda en un encuentro con esa naturaleza, en una mancomunión<br />
bilateral de los seres humanos hacia ella y viceversa - agregó.<br />
Otro joven adolescente corta el clima e interrumpe con un comentario insólito.<br />
-A mí me gustó cómo se asocian en la Reserva el micro y el macrocosmos.<br />
Eso me permite hacer comparaciones. Por ejemplo, gracias a lo que<br />
aprendí hoy escuchando al guía me doy cuenta de que hay plantas con sistemas<br />
de defensa que serían la envidia de cualquier potencia mundial. Además,<br />
nunca vi tanta variedad de verdes, grises y marrones. ¡Un pintor estaría<br />
loco de felicidad de plasmarlos en una tela! Los distintos tonos y valores de<br />
cada color en la Reserva compiten con las formas y texturas de sus plantas<br />
y animales, que son infinitas -exagera.<br />
-Es que uno parece siempre buscar lo banal, lo superficial, y así vive rodeado<br />
de actividades frenéticas, de “antinaturalidades”- trata de explicar una señora<br />
de unos cincuenta años, muy elegante, y prosigue: -Eso nos lleva a veces<br />
a que no veamos las cosas indispensables de la vida hasta que no se nos<br />
acerca a ellas. Muchos medios masivos de difusión nos “bombardean” con<br />
“un deber ser” o con “un tener” (en el caso de la publicidad) que no siempre<br />
es lo mejor para la gente. Voluntaria o involuntariamente, contribuyen todo<br />
el tiempo a una continua distorsión de los verdaderos valores esenciales. Y<br />
éste-hace un gesto con las manos señalando la Reserva- es sin duda, uno<br />
de ellos. Con esa afirmación y asintiendo, nos despedimos del guía en el<br />
punto de partida.<br />
Una opción diferente<br />
La luna desdibujada sobre las aguas del río en las que se refleja hace especial<br />
esta experiencia, donde pueden verse mamíferos, aves o insectos