Hacia una fenomenología del lenguaje iconográfico - CIAF

teorías conspirativas sobre OVNIS,
encubrimientos militares y toda suerte de creencia
popular: ―El misterio de los platos voladores ha sido,
ante todo, totalmente terrestre: se suponía que el plato
venía de lo desconocido soviético, de ese mundo con
intenciones tan poco claras como otro planeta. Y ya esta
forma del mito contenía en germen su desarrollo planetario;
si el plato, de artefacto soviético se volvió tan fácilmente
artefacto marciano, es porque, en realidad, la mitología
occidental atribuye al mundo comunista la alteridad de un
planeta 34 ‖.
Oriente y occidente en la puja por la carrera
espacial redunda en el aspecto cinematográfica,
cuya alegoría iconográfica cita seres y mundo
inimaginables por la humanidad, pero
representables en el artilugio técnico: las naves
vuelan, los extraterrestres usan armas, aparecen
unos caballeros cuya religión les hace más
poderosos y los robots se toman el mundo de las
imágenes para fundamentar el paradigma de la
máquina contra el hombre. La guerra de las
galaxias, como escenario originario de una
mitología, concibe su naturaleza visual en el arte
de los efectos y la estructuración de cosmogonías
propias o extrañas, apelando a cimientos
indiciales como la arquitectura post-moderna, la
moda futurista, las posibilidades intergalácticas en
la velocidad de la luz y una crítica a la política
clásica divergente en escenarios como el senado
(En la guerra de las galaxias aparece un senado
intergaláctico para la solución de conflictos
planetarios, donde “extrañamente” y cualquier
parecido con la realidad es coincidencia, se falla y
no se consolidan acuerdos de manera pacífica)
afirmando la tesis ―Toda negatividad política directa,
toda estrategia de de relación de fuerzas y de oposición, no
es más que simulación defensiva y regresiva 35 ‖
La política como metamorfosis del medio
enraizado en los subsuelos del cine, acarrea
fundamentos propagandistas en torno a una
realidad social, nótese en paradigmáticas cintas
como Top Gun, Depredador, Alien y Godzilla
(Versión americana) un constante ataque contra
34
BARTHES, Roland (1999). Mitologías. Siglo XXI.
Madrid. Pág. 5
35
BAUDRILLARD, Jean (1978) Cultura y Simulacro.
Kairós. Barcelona. Pág. 43
EL LENGUAJE ICONOGRÁFICO: MITOLOGÍAS EN LA ERA DIGITAL
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las fuerza del mal (políticamente divergentes a su
esencia como el comunismo o el socialismo) y un
defensa a ultranza de la milicia para lograr los
objetivos. No se percibe un ataque frontal sobre
el sector militar, y los ideales de una política de
estado regida por la fuerza, el embate y la
coacción sobre la diferencia fundamentan la
logósfera alusión de un mundo lleno de
extraterrestres, platillos voladores, naves
espaciales, sables láser, monstruos aberrantes y
toda una mitología política ideológica, militar y
propagandista: ―El enfrentamiento del Este y del Oeste
ya no es más el puro combate del bien y del mal, sino una
suerte de conflicto maniqueo, lanzado bajo los ojos de una
tercera mirada; postula la existencia de una
supernaturaleza a nivel del cielo, porque en el cielo está el
Terror 36 ‖.
Del cielo viene el juzgamiento, el juicio la razón
de muchos temores. Increíblemente la figuración
tácita de un dios vengativo y encolerizado por la
naturaleza humana, aún no se ha representado en
la cinematografía: el Apocalipsis como relato
cristiano, aún es un libreto a desarrollar y diseñar
con la última tecnología de animación digital.
Empero de esta salvedad, nos encontramos con
historias apocalípticas como ―The Matrix‖, 2012,
Armageddom, El día después de mañana o Terminator:
Rise of the machines, donde la preocupación
fundamental es el mito escatológico. La
espectacularización sobre el fin del mundo
mediante un meteorito, una legión incontrolable
de robots o la rotación intempestiva del núcleo
terrestre, justifican una alegoría sobre el fin,
socavando en los miedos más profundos de la
humanidad, cuya premisa es la muerte, el fin de la
vida y el incierto caos que recaerá sobre la tierra.
La mitología escatológica sobre el fin deroga la
seguridad del modelo Disney o la placidez de un
estado carnavalesco (florido) del cine tropical,
pues el largometraje adopta el papel metafísico de
Dios juzgando a diestra y siniestra al público. Los
ideales existenciales cobran valor cuando la
misma sociedad cree en determinismos absolutos
sobre el fin, máxime en nuestra cultura
dogmática: pensamos en terremotos con fecha y
hora específica, solo porque el pastor “x” así lo
36 BARTHES, Roland (1999). Mitologías. Siglo XXI.
Madrid. Pág. 27