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d<br />
eSde hace ya VarioS añoS, la industria vitivinícola<br />
ha estado preocupada del manejo de los residuos líquidos<br />
que se generan durante el proceso de elaboración<br />
de vino. no ha sido un tema sencillo de abordar, pues la<br />
realidad de cada bodega es muy distinta, en general las<br />
inversiones que involucran las plantas de tratamiento son elevadas y los resultados<br />
han sido bastante dispares, por lo que han existido ciertos temores e inseguridades<br />
al momento de tomar las decisiones relativas al manejo de los riles.<br />
de acuerdo a Salathiel gonzález, gerente general de aguas y riles, los principales<br />
problemas de las viñas chilenas se pueden dividir en dos vertientes: por<br />
un lado, se encuentran las bodegas que mantienen plantas en operación y que<br />
sufren con las fuertes variaciones de ph y sólidos en las descargas; la falta de coordinación<br />
con los enólogos, en especial en el uso de lodos para bajar los costos<br />
operativos; y en general en el desconocimiento de los costos asociados, tanto de<br />
mantenimiento como encubiertos.<br />
Por otro lado, están las viñas que no tienen plantas o utilizan lagunas de acumulación.<br />
en este caso, los problemas se centran en la falta de claridad en las<br />
inversiones necesarias para resolver el problema, pues en general los empresarios<br />
vitivinícolas no internalizan estas inversiones; en la escasa información de los<br />
costos de operación; y en la oferta de muchas soluciones que en apariencia son<br />
baratas, pero que carecen de un sustento técnico.<br />
Sin embargo, existe un problema sintomático y que podría ser fácilmente corregido<br />
en el futuro: la falta de asociatividad. “existen varias localidades que pueden<br />
construir una planta en común asociándose dos o más viñas. esto generaría<br />
importantes ahorros en operación e inversión”, propone Salathiel gonzález.<br />
la gran variabilidad estacional de los riles generados por la industria del vino,<br />
tanto en volumen como en composición, es una de las mayores preocupaciones<br />
del sector. Según alberto Sfeir, gerente general de Sacaf, estas variaciones son<br />
sencillamente enormes durante las distintas etapas del proceso productivo, como<br />
es el caso de los períodos de vendimia y trasiegos. esta situación dificulta tratar<br />
los riles vitivinícolas a medida que se van generando, a menos que se instale una<br />
laguna o estanque de buen tamaño que regule las variaciones de flujos y carga.<br />
“las bacterias en esos sistemas no logran adaptarse tan rápido a los cambios<br />
y el rendimiento decae. estas bacterias son, además, muy sensibles al ph –los<br />
riles vinícolas varían de 3,5 a 11,3–, por lo tanto hay que estar modificando el<br />
ph continuamente. resultado: el cliente abandona el sistema y los riles pasan<br />
de largo”, explica.<br />
Para alberto Sfeir, la solución es que las empresas especialistas en riles trabajen<br />
codo a codo con sus clientes, como lo están haciendo con las 20 viñas chilenas<br />
que ya han adoptado su sistema acumulativo cascade. “creo que hay que ayudar<br />
un poco al cliente, ya que no tiene el tiempo ni la preparación para manejar estos<br />
liQUiD inDUsTrial wasTe<br />
ManaGeMenT<br />
SaVing water iS<br />
the naMe oF the<br />
gaMe<br />
In France, an average of one liter of liquid industrial<br />
waste or LIW is generated per every liter of wine<br />
produced. Conversely, in Chile, wineries usually<br />
generate as many as 3.5 liters of LIW per every liter of<br />
wine they produce. The priority is then, cutting the use<br />
of water in the various processes as a critical condition<br />
to improve the cost effectiveness ratio of treatment<br />
systems. Vinnova provides some tools to do so.<br />
For several years now, the wine industry has been<br />
concerned about managing the liquid waste generated<br />
as part of the winemaking process. it has not been an<br />
easy matter to address, since most wineries live different<br />
realities. in general, treatment plants involve a high level<br />
of investment and results have been rather inconsistent.<br />
accordingly, the industry has felt uneasy or uncertain when<br />
forced to making any decision related to liw management.<br />
according salathiel González, general manager of aguas<br />
y riles, the largest problems Chilean wineries experience<br />
may be divided into two categories: one refers to wineries<br />
that own treatment plants and experience high pH<br />
variations and solids in their discharges; lack of coordination<br />
with winemakers, particularly regarding the use of muds to<br />
cut operating costs; and in general, unawareness of related<br />
maintenance and hidden costs.<br />
on a second category are the wineries that do not have<br />
treatment plants or dams. in this case, problems are mostly<br />
related to lack of certainty as to which investments would<br />
be necessary to solve the problem since, in general, wine<br />
entrepreneurs are not prone to those investments; scarce<br />
information on operating costs; wide supply of seemingly<br />
affordable solutions without actual technical support.<br />
There is, however, a revealing problem that could be<br />
easily solved in the future: lack of associativity. “There are<br />
several places where two or more wineries could partner<br />
and build a treatment plant. This would result in major<br />
operating cost and investment savings,” salathiel González<br />
proposes.<br />
The highly seasonally variable liw generated by the wine<br />
industry, both regarding volume and composition, is one of<br />
the largest concerns for this sector. according to alberto<br />
▼ <strong>Vitis</strong> <strong>Magazine</strong> l novieMbre 2008 l 37