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Y, así, como la flor adora el Sol con el profundo silencio de su pureza, así la madre<br />
Divina cuidaba de su hijo.<br />
11 AÑOS DESPUES<br />
El manantial del tiempo fluía lentamente para los hombres. Largos años habían pasado<br />
después de la misteriosa desaparición de Angelino. Mas, en los corazones permanecía<br />
vivo, junto con la esperanza y el deseo de algún día volverlo a ver.<br />
Con soberbio empuje una verdadera civilización se abría paso sobre la antigua<br />
desorganización.<br />
Las ruedas, por centurias asesinas número uno de la humanidad, fueron reempleadas<br />
por ovniterras de diferentes diseños que hacían deslizar suavemente sobre vías<br />
elevadas para ellos. No por el mismo plano peatonal de los humanos.<br />
Brutalidad cometida en el egomundo cuando, cuerpos vivientes de 60 kilos promedio, y<br />
frágiles por naturaleza, compartían el mismo plano de desplazamientos con monstruos<br />
metálicos que, pesando toneladas, se movían velozmente sobre aplastantes ruedas.<br />
En sus locas carreras cobraban cada año millones de inocentes vidas de niños,<br />
madres y ancianos.<br />
Los sistemas Kirovianos reemplazaron los ruidosos, pesados y contaminadores<br />
aviones del pasado siglo. Ahora se viajaba en amplias y silenciosas salas en forma de<br />
cúpula, que se desplazaban majestuosas por el aire.<br />
Nadie tenía vehículo particular, pudiendo sí, todos, trasladarse gratuitamente al sitio<br />
deseado en aerodinámicos vilox.<br />
Los hombres estaban complacidos del gran país Tierra con su esplendorosa ciudad<br />
Ecumenópolis y, vigilantes, guardaban esa paz que vivían.<br />
Una sola lengua facilitó la comunicación y el entendimiento. Los libros se editaban en<br />
un solo idioma práctico que todos entendían: El Esperanto.<br />
Universidades y academias científicas, centros de experimentación, centros de arte en<br />
todas sus modalidades, desplazaron casinos de juego, fábricas de vicio y de objetos<br />
superfluos e inoficiosos.<br />
Plazas de toros, cuadriláteros de boxeo, y todo lo que significara ignorancia crasa y<br />
maldad, fueron destruidos. Sólo quedaron registrados en los libros como testimonio de<br />
la antigua y lastimera época de ignominia y brutalidad.<br />
APARECE ANGELINO