Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
—Sss siga.<br />
Al llegar al amplio salón, sin previo aviso, cedió al ―Radiante‖ su sitio principal.<br />
Al notar el hecho, los allí reunidos detuvieron el aliento; pues, un fluido etérico más<br />
importante que el aire penetraba sus cuerpos.<br />
Un presentimiento de hechos grandiosos se extendió a los televidentes del mundo*<br />
que, como Sabium, veían la transmisión.<br />
Mateo 25: 31,32<br />
“Cuando el hijo del hombre llegue en su gloria, y todas las naciones serán<br />
juntadas delante de él.<br />
Ante los destellantes visos de la celeste mirada, ―todos, absolutamente todos,<br />
quedaron enmudecidos‖.<br />
―Se hizo el silencio por un momento, y solo fue interrumpido, ya no por la débil vocecita<br />
de un niño que acaba de nacer‖, sino por la verdad hecha palabra en boca de un joven<br />
de 12 años, de porte celestial, que se enfrentaba ante los grandes sabios en el templo<br />
de la ciencia moderna.<br />
Su tez reflejaba la poesía de los espectáculos celestes, y sus ojos, límpidos y<br />
cristalinos, eran como ventanas que daban al cielo.<br />
Su portentosa aura etérica resplandecía en las tenebrosas mentes de los materialistas<br />
que nunca habían percibido luz espiritual.<br />
Angelino habló y, ahora, nadie dudó de su autenticidad como Hombre de celeste<br />
origen. Genios celestes desde lo invisible escuchaban reverentes sus palabras.<br />
Angelino vino a dar el formidable golpe final a las potencias de las tinieblas:<br />
Al susurro de su voz, espectros trashumantes y fantasmas lunares se precipitaron a<br />
sus guaridas abismales, emitiendo espantosos alaridos metálicos de desesperación.<br />
Con el cristal de su mirada intoxicó a los demonios, haciéndolos vomitar fuego. Las<br />
horribles larvas infernales sudaron fétidos vahos de odio, desesperación y muerte.<br />
ESTADIA DEL AVATAR<br />
Angelino no mal había llegado al simposio de la ciencia: La Madre Naturaleza le donó<br />
sus físicos secretos, y, del Cosmos Infinito, heredó el conocimiento natural llamado<br />
sabiduría.