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SONIDO OCTOFÓNICO - Magnum Astron

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(Angelino es real… está más cerca de ti que tus mismos ojos, Tú eres Angelino)<br />

Así como un capullo espera el Sol, que lo convierte en rosa, así esperaban los<br />

hombres a Angelino, quien los convertiría en dioses.<br />

La ciencia había avanzado muchísimo pero faltaba una reforma espiritual. Sabían que<br />

la verdad era una sola y debía ser explicada de acuerdo a la época y a la conciencia,<br />

ya expandida, de los hombres.<br />

Sin dejar apagar la llama de la esperanza, añoraban la desaparición de Angelino.<br />

Confiaban que algún día Él se hiciera presente. Esa fecha no se hizo esperar más:<br />

Un histórico día el ―viejo Sol‖ menguaba hacia el ocaso su brillante fulgor. La nueva<br />

luminaria ría jupiteriana se había entronizada en el firmamento y serena recorría su<br />

orbital ruta.<br />

En la próspera ciudad donde Angelino despertó de nuevo a la luz de los astros, se<br />

celebraba un importante congreso científico. La televisión del mundo estaba presente.<br />

Sabios de las distintas vertientes de la ciencia discutían importantes temas sobre la<br />

vida y composición del Universo.<br />

Recién comenzada la reunión, el director del simposio fue informado sobre un jovencito<br />

que, con mucha urgencia, deseaba hablarle.<br />

—Dice llamarse Angelino. —Le comentó el encargado de la entrada. A esto respondió<br />

el ―importante director‖:<br />

—Dígale que es imposible atenderlo ahora. Es probable que mañana le dé una cit…<br />

—¿Angelino? ¡No puede ser! —exclamó asombrado el ilustre dirigente y por poco cae<br />

desfallecido.<br />

Un extraño presentimiento se apoderó del guía y, sin pedir excusas al auditorio, salió<br />

apresuradamente hacia la puerta. Al llegar a la entrada, inclinó la cabeza:<br />

No resistió el fulgor de los ojos que lo miraban. Lleno de estupor se atrevió a mirar de<br />

nuevo, pero sus palabras no fluyeron.<br />

Las de Angelino sí:<br />

—Sí, Dylan, yo soy Angelino, el que tú presientes.<br />

—Quiero ser llevado ante el auditorio que presides: le hablaré al mundo.<br />

Dylan, el importante director, sin salir de su asombro, sólo pudo decir con voz<br />

estrangulada:

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