DE LA SIERRA A LA CAPITAL - La Casa de Panchita

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Salud laboral
las palabras! Yo quería decir algo pero ella no me entendía. Me decía algo ella y yo no
entendía... con mi hermanita menor le mandaba decir, así (algunas cosas que quería
decirle a mi mamá) y mi hermanita, a veces, cuando se amargaba (molestaba), me decía:
«tú, pues, aprende hablar». Así me dijo una vez, cuando le dije: «dile eso a mamá». «Si
tú quieres decir eso, apréndete a hablar el quechua y le dices» Y yo no pude decirle nada.
Quisiera aprender a hablar, porque me dicen «hola» y hablan (y no entiendo). Pero,
también, sí me están enseñando, ya. No sabía nada hablar y ahora, sí, aprendí un poco.
Ahora sé cuando llamo por teléfono, así, intento de hablar ¡hasta muriendo pero intento
de hablar! Y mis hermanas allí, ¡que se ríen por teléfono, nomás!
(Claudia, 15 años, 2 o de educación secundaria)
La mayoría de las entrevistadas dice sentirse orgullosa de ser bilingües y afirman que van
a enseñar su idioma materno a sus hijos/as para que no pierdan sus raíces. A pesar de la
vergüenza que puedan sentir y del temor de ser discriminadas, cuando les es posible
hablan quechua con otras personas que sepan hacerlo.
Una entrevistada relata el fastidio que puede sentir una persona al no entender
lo que ella dice en quechua, así como la posibilidad de mostrar hostilidad sin
temor a una represalia por hacerlo en un idioma incomprensible para quien la
escucha.
En el colegio conocí una señora con quien hablaba quechua, en el colegio. A veces, el
profesor se molestó y nosotros reímos en quechua... En mi trabajo, cuando me molestaba,
a la señora le insultaba en quechua; «¿Qué cosa es eso?» me preguntaba.
(María, 22 años, 4 o de educación primaria)
2.4 MIGRACIÓN
Uno de los principales motivos que obligan a las adolescentes y niñas a migrar hacia las
ciudades, es la pobreza de sus hogares y la falta de oportunidades en sus lugares de
origen. Algunas salen huyendo de la violencia ejercida por miembros de su familia y/o por
el acoso sexual de parientes o vecinos.
Sin embargo, el motivo expresado con mayor frecuencia es el deseo de estudiar «para
salir adelante en la vida». En muchos pueblos de la sierra del Perú, sólo existen escuelas
de educación primaria; si ellas anhelan un mayor nivel de escolaridad, deberán salir hacia
la ciudad. De quedarse en su tierra, posiblemente formarían una familia siendo muy
jóvenes, tal como se espera en las zonas rurales.
No me gusta su forma de ser de los chicos en mi pueblo. No se comportan bien. A veces,
violan a las chicas o las agarran en los campos. Por eso he venido acá a Lima.
(Roxana, 17 años, 4 o de educación secundaria)