DE LA SIERRA A LA CAPITAL - La Casa de Panchita

LA SALUD: derecho violado
jadoras del hogar son promotoras que apoyan a su pares, adquiriendo una formación que
indudablemente tendrá impacto en su vida futura cuando probablemente formen su propia
familia en algún cono de Lima.
Conozco personas que han venido de mi pueblo a Lima y han estudiado acá, y ahora son
grandes profesionales, tienen sus empresas, tienen sus cosas y por sí solas han salido. Yo
me pongo a pensar: «si ellos han logrado ¿por qué yo no?» ¡Cómo me da fuerzas a mí
misma!... Me gustaría terminar la cosmetología que estoy estudiando y después, no sé,
especializarme allí o quiero estudiar administración en un instituto, para poder salir
(adelante en la vida). Ya más adelante, poder estudiar para abogada, porque eso es lo
que yo quiero, aspiro ser eso pero no tengo las posibilidades, ahorita, no tengo una buena
situación económica donde diga: «yo solita voy a pagarme la universidad». Con el mismo
gobierno que estamos, ni siquiera hay buenos trabajos, no hay nada...como que nos
acobarda un poco. No tenemos el dinero suficiente para poder decir: «ya, termino mi
educación secundaria y me voy a poner a estudiar esta carrera, porque ya tengo para
sustentarme, tengo para mantenerme, tengo para pagar mis gastos, todo», ¿no? Y no
podemos, al menos yo creo eso. Todas las chicas de provincias, ahorita, las que
estudiamos en nocturna, todas somos las que solas nos educamos, porque no nos
mantienen. Nuestros padres están en la sierra y uno viene a estudiar y a querer hacer
algo en tu vida, aprender a defenderse... Me gusta quedarme a Lima, acá hay
muchas posibilidades de lograr muchas cosas, si uno se propone. En cambio, en la
sierra no; en la sierra te dedicas a trabajar en tu chacra, a ver las ovejas... Hay
muchas cosas allá de la chacra, pero acá en Lima, no; porque a mí, particularmente,
soy de la sierra, me gusta todo de allá pero trabajar en chacra no me gusta. Entonces,
a mí lo que me impulsó salir de allá fue eso. Entonces, yo quiero lograr ser algo,
no será una carrera en una buena universidad, pero sí tener algo de un instituto,
donde pueda estudiar y salir, aunque sea como auxiliar de un colegio, o ¡qué sé yo!
Porque acá tiene uno las posibilidades, las oportunidades para poder salir adelante
y lograr sus objetivos, sus metas.
(Juana, 22 años, 4 o de educación secundaria)
La mayoría de las trabajadoras del hogar que migran a Lima, ya no regresan a vivir a
su tierra. No quieren regresar porque han encontrado en Lima más oportunidades
para salir adelante, estudiar, realizar diferentes actividades y comodidades a las
cuales no quieren renunciar. Muchas de ellas desean seguir visitando su pueblo, pero
no quedarse a vivir en él. Ya no se acostumbran al campo, no quieren trabajar en la
chacra, quieren tener una profesión o un negocio. Además, regresar a su pueblo
después de estar unos años trabajando y estudiando en Lima, significa para ellas
regresar como citadinas, lo cual les dejaría escasas posibilidades de encontrar una
pareja y contraer matrimonio. Los varones que se quedaron en la sierra, elegirán
como pareja a chicas jóvenes, que tengan menos estudios que ellos y que no hayan
vivido en la ciudad, solas.
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