DE LA SIERRA A LA CAPITAL - La Casa de Panchita

LA SALUD: derecho violado
Otro problema, es el factor económico. Las llamadas de larga distancia o el envío de
encomiendas, es un gasto que las trabajadoras del hogar no siempre pueden afrontar.
Los que reciben la llamada en el campo, también deben pagar al dueño del teléfono,
incluso por recibir el mensaje.
En el lugar donde mi mamá tiene sus animales, no hay teléfono. Está muy lejos, el
teléfono más cercano está a tres días de viaje. Cuando mi mamá está allá, no puedo
comunicarme con ella. Pero, donde tienen su casa, allá sí hay teléfono.
(Aurora, 26 años, educación secundaria completa)
Normal me comunico con mis padres. Siempre los estoy llamando. No es difícil, hay
teléfono en mi casa. Comunicamos, hablamos, «¿cómo te sientes?, yo me siento bien»...
Pero, yo nunca les digo cómo me siento, porque, también es un dolor grande para mi
mamá, y yo sé que ella sufre. Pero, también he pensado que, tal vez, si yo he decidido
educarme sola, eso voy a hacer.
(Josefina, 21 años, 5 o de educación secundaria)
En algunos lugares, donde no hay teléfono, se pueden comunicar por radio:
Me comunico con mi familia con radio. Es como un micro, que lo prenden, tipo a una radio
que lo prenden, que buscan las frecuencias, como buscar en una radio, una emisora, así es
esa radio; entonces, se busca la frecuencia y te comunicas y pasan. Eso es, se escucha, por
ejemplo, si yo estoy conversando, ahorita, acá, o estoy conversando con mi mamá, todas
las personas que están sentadas a mi alrededor, escuchan lo que mi mamá me dice, es tan
distinto al teléfono. No hay teléfono allá en mi pueblo, hay radio nomás y ese es el único
medio que nos comunicamos. Tengo que ir, me voy a San Gabriel, por allá por Villa María,
por allí me voy a comunicarme con mi mamá, es un poquito difícil la comunicación
también, difícil.
(Juana, 22 años, 4 o de educación secundaria)
Muchas veces el correo no llega a las comunidades de difícil acceso. Y si llega, lo
hace con mucha demora. Este servicio es poco confiable, existe el temor de que las
encomiendas sean abiertas y puedan sustraer el contenido. En vez del servicio de
correo, las trabajadoras del hogar prefieren esperar el viaje de familiares o paisanos.
Cabe resaltar que, las trabajadoras del hogar se asumen proveedoras de sus familias;
los padres se comunican con ellas para informarles de las necesidades y ellas se
sienten responsables de satisfacerlas; es una de las razones por las que se encuentran
en Lima. No existe la costumbre de comunicarse para compartir novedades o
experiencias, o para simplemente conversar de cualquier cosa: una llamada, una
carta, generalmente implican algún tipo de urgencia que hay que atender de uno u
otro lado. Es poco frecuente que las trabajadoras del hogar envíen cartas sin estar
acompañadas de una encomienda.
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