DE LA SIERRA A LA CAPITAL - La Casa de Panchita
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3.1.5. Adaptación<br />
53<br />
Salud laboral<br />
como que ya no tienes más fuerzas. Por lo menos yo me siento así. Quizás, si tendría<br />
alguien <strong>de</strong> mi familia cerca, con quien intercambiar palabras, así, me sentiría con<br />
fuerzas.<br />
(Rina, 21 años, educación secundaria completa)<br />
Me gusta estudiar así, bien, bien estudiar. No como ahora, que estoy estudiando porque,<br />
como dicen, el turno noche es como para un repaso, para las chicas que no pue<strong>de</strong>n, no han<br />
terminado, no han culminado sus estudios. Me gusta estar en turno tar<strong>de</strong>, porque tiene<br />
mejor la enseñanza y estas cosas.<br />
(Claudia, 15 años, 2 o <strong>de</strong> educación secundaria)<br />
Todas las entrevistadas dicen haber cambiado mucho en Lima. Son más in<strong>de</strong>pendientes<br />
y han aprendido a cuidarse solas, sin sus padres y a veces sin una red social <strong>de</strong> apoyo.<br />
Afirman que los problemas enfrentados en Lima, las han hecho personas con mayor<br />
fortaleza y seguridad en sí mismas.<br />
Yo he cambiado bastante, mis hermanos, por ejemplo, no saben mucho <strong>de</strong> lo que es la<br />
vida; pero, en cambio yo ya sé, ya sé qué es enfrentarme a la vida, cosas difíciles que se<br />
me ponen en el camino, porque ya sé solucionar mis problemas, porque antes, mi mamá<br />
tenía que solucionar los problemas, pero, ahora soy yo la que soluciona todo lo que me<br />
pasa.<br />
(Tania, 19 años, 3 o <strong>de</strong> educación secundaria)<br />
Lima me enseñó a ser más fuerte, a tener más valor y a luchar por lo que yo más<br />
quiera, por mis objetivos, a madurar más. Me enseñó tanto, en los trabajos malos y<br />
buenos que he tenido. De los buenos, yo tengo bonitos recuerdos <strong>de</strong> la gente maravillosa,<br />
que me trataba; y <strong>de</strong> los malos, aprendí a ser fuerte y a no <strong>de</strong>jarme vencer.<br />
Eso he aprendido <strong>de</strong> Lima, a ser fuerte y a seguir con las cosas, y siempre trato <strong>de</strong><br />
transmitir todo eso a mis amigas o a mis hermanos, <strong>de</strong> que tienen que seguir, que la<br />
vida es así, y no <strong>de</strong> prohibir (inhibirse) <strong>de</strong> las cosas que se quieren hacer, sino <strong>de</strong><br />
que son libres <strong>de</strong> hacer sus cosas, lo que ellos <strong>de</strong>sean. Y, si quieren estudiar: apoyarlos.<br />
Eso he aprendido <strong>de</strong> Lima, <strong>de</strong> que todos tenemos <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> realizarnos y <strong>de</strong><br />
no ser cohibidos.<br />
(Juana, 22 años, 4 o <strong>de</strong> educación secundaria)<br />
Como parte <strong>de</strong> este proceso <strong>de</strong> adaptación a la ciudad, las trabajadoras <strong>de</strong>l hogar optan<br />
por abandonar sus costumbres: cambian su modo <strong>de</strong> vestir y su manera <strong>de</strong> expresarse.<br />
En la medida que logran ocultar su origen andino, pue<strong>de</strong>n integrarse con mayor facilidad,<br />
evitando ser discriminadas y maltratadas. Así logran su objetivo <strong>de</strong> convertirse en<br />
citadinas.