DE LA SIERRA A LA CAPITAL - La Casa de Panchita
DE LA SIERRA A LA CAPITAL - La Casa de Panchita
DE LA SIERRA A LA CAPITAL - La Casa de Panchita
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
59<br />
Salud laboral<br />
A mis primas les pega su papá, les maltrata, pero allá no se pue<strong>de</strong> hacer nada, como no<br />
hay gobierno. Es un pueblo <strong>de</strong>sconocido... No extraño a mi tierra. Ahora, como estoy<br />
estudiando, estoy bien con mis amigas, ¿no? A mi mamá, sí, siempre en mi corazón,<br />
siempre me recuerdo <strong>de</strong> ella; a veces me pongo a llorar. Pero no quiero viajar, es horrible<br />
viajar; es una camioneta que se mueve para allá, para acá. Hay dos lagunas que están<br />
juntitas y hay un cerro que está encima, por allí pasa el carro. Es horrible el viaje, toda la<br />
noche <strong>de</strong>mora <strong>de</strong>(s<strong>de</strong>) acá. Solamente extraño el sitio, la comida, mis animales... no<br />
ando con mis paisanos en Lima. Mis primas son bien envidiosas, chismosas, que siempre<br />
chismean a mi mamá: «que tu hija está así...» En Lima no mantengo ninguna costumbre <strong>de</strong><br />
mi tierra, me acostumbré a Lima... He cambiado en Lima, antes no sabía leer, ahora sí sé,<br />
sé vestirme, sé <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rme. Antes no sabía pintar mis labios, ahora sí sé, hasta sé pintar<br />
mi cabello... Hace dos años que he viajado allá, ahora no estoy pensando <strong>de</strong> viajar, no<br />
tengo tiempo. Ya no me acostumbro allá, no quisiera volver a vivir allá, aunque cambiara.<br />
En la parte <strong>de</strong> la sierra no quiero vivir, quiero vivir acá o en otro país.<br />
(Natalia, 19 años, 2 o <strong>de</strong> educación secundaria)<br />
Un segundo grupo, opta por la «doble i<strong>de</strong>ntidad». En Lima tienen una forma <strong>de</strong> ser; se<br />
portan y visten como limeñas, no muestran que son <strong>de</strong> la sierra. Pero, cuando viajan a su<br />
tierra retoman fácilmente sus antiguas costumbres. En Lima usan pantalones y realizan<br />
activida<strong>de</strong>s propias <strong>de</strong> la ciudad, pero cuando retornan, se ponen polleras y mantas,<br />
vestimenta que nunca usarían en Lima, por la vergüenza. Cuando van a su tierra, ayudan<br />
a su familia en las labores <strong>de</strong> la chacra y con los animales; disfrutan haciéndolo. No<br />
sienten contradicción entre estas dos realida<strong>de</strong>s. Se han acostumbrado a Lima y ya no<br />
<strong>de</strong>sean vivir en su tierra, pero cuando están en su pueblo, vuelven a ser como eran antes<br />
<strong>de</strong> migrar.<br />
Acá en Lima uso pantalón, tacos, me arreglo, hablo castellano. Cuando viajo a mi tierra me<br />
pongo mi pollera, mi chompa, mis ojotas, hago mis trenzas. Hablo quechua y voy a hacer<br />
la chacra, pastear los animales. Son dos diferentes realida<strong>de</strong>s, así es. Yo me cambio según<br />
don<strong>de</strong> estoy, en Lima tengo otra forma <strong>de</strong> ser, y en mi tierra otra, sin contradicción.<br />
(Aurora, 26 años, educación secundaria completa)<br />
El tercer grupo es <strong>de</strong> las trabajadoras <strong>de</strong>l hogar que se acostumbraron a Lima y se<br />
sienten bien viviendo aquí. Hablan sobre su tierra como un lugar distante y atrasado.<br />
Describen lo malo que hay allí, como el clima o el tipo <strong>de</strong> trabajo que <strong>de</strong>bían realizar. No<br />
se sienten parte <strong>de</strong> esa realidad, tienen su mirada hacia otro tipo <strong>de</strong> vida. Dicen que<br />
seguirán viajando a su pueblo para pasear, para visitar a la familia y los amigos, por<br />
algunas semanas o meses y para las fiestas costumbristas. Pero para vivir, no. Ya no se<br />
acostumbran, vuelven como turistas, <strong>de</strong> visita nada más. En Lima les gusta comer las<br />
comidas típicas <strong>de</strong> su tierra y les gusta bailar su música en las fiestas y en las actuaciones.<br />
No han renunciado a sus raíces, siguen siendo parte <strong>de</strong> ellas, pero no volverían a la<br />
vida <strong>de</strong>l campo.