75 Salud laboral fuimos a una comunida<strong>de</strong>s campesinas don<strong>de</strong> toda nuestra comida en el día eran papas y en la noche las pulgas me picaron en todos los lados <strong>de</strong> mi cuerpo mientras me estaba muriendo <strong>de</strong>l frío, pero feliz. Me he dado cuenta que la alegría no <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> lo material; la gente pobre vive su vida con optimismo aunque sea muy difícil y hasta les falte comida. Están muy ocupados en colocar sus energías para «salir a<strong>de</strong>lante en la vida» En Finlandia toda la gente tiene <strong>de</strong>masiado <strong>de</strong> todo pero se sienten angustiados, apurados, estresados intentando ser mejor que su prójimo, renegando sin razón, tomando, peleando y hasta suicidándose porque no encuentran ningún sentido a su vida. A pesar <strong>de</strong> sus comodida<strong>de</strong>s y oportunida<strong>de</strong>s no saben qué quieren y no entien<strong>de</strong>n el valor <strong>de</strong> la vida. En Perú, cada día pue<strong>de</strong> ser inesperado; <strong>de</strong>spertando por la mañana nunca sabes qué va a pasar. Una actividad bastante cotidiana pue<strong>de</strong> ser una gran aventura. Antes, no sabía que para recibir una encomienda en la oficina <strong>de</strong> correo pue<strong>de</strong>s <strong>de</strong>morar más <strong>de</strong> 5 horas en trámites, formando diversas colas para recibir sellos, respon<strong>de</strong>r preguntas, llenar formularios. Tampoco sabía que para buscar un cuarto para alquilar uno tiene que salir a pasear por las calles, ver si en alguna casa dice «se alquila». En mi país, en esas activida<strong>de</strong>s uno gasta máximo 15 minutos. Me encanta que para cualquier cosa, así sea muy simple, puedo encontrar una variedad <strong>de</strong> posibilida<strong>de</strong>s para hacerla, efectivas y no tan efectivas. Que las cosas no son blancas o negras, sino que cada <strong>de</strong>talle tiene todos los colores <strong>de</strong>l arco iris. Ahora ya llevo una semana en Finlandia, con un poco <strong>de</strong> temor esperando el choque cultural que me han comentado que viene <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> dos semanas. Todavía me siento alegre, encontrando a toda mi familia y mis amigos, aprendiendo otra vez a vivir en la manera finlan<strong>de</strong>sa. Pero también me siento un poco extraña; todo me parece como en una película pausada. Los carros se movilizan muy lento, las personas hablan lentamente, se portan muy tranquilas, siempre pensando tres veces antes <strong>de</strong> hacer o <strong>de</strong>cir algo. Mis amigos me han comentado que me he vuelto inquieta, que les parece que cuando yo llego al cuarto llevo un huracán conmigo, que ahorita voy a volar o algo. Acá, nada había cambiado en un año; fui a mi ciudad y encontré a mis amigos y todo estaba como hubiera estado una semana nomás. Pero, yo me siento un poco diferente, ya no me adapto a todas las cosas <strong>de</strong> acá tan fácilmente como antes. Me parece que todo es pequeño y bien or<strong>de</strong>nadito ¡me aburro!. Nadie cruza la pista si la luz está roja, no importa si hay carros o no los hay; la gente se para y espera a la luz ver<strong>de</strong> <strong>de</strong> todas maneras. Ayer estaba esperando para cruzar la pista y un carro se paró para que yo pueda cruzar; me <strong>de</strong>moré un tiempo antes <strong>de</strong> cruzar, solamente mirando sorprendida al carro, como algo muy extraño.
<strong>LA</strong> SALUD: <strong>de</strong>recho violado Me gusta hacer todas las cosas mías otra vez, comer mis comidas finlan<strong>de</strong>sas, pero también soñando con el Perú. Extraño toda la locura, todo el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n, toda la felicidad y la alegría <strong>de</strong> la gente, los rocotos y cebolla con limón, hasta la humedad <strong>de</strong> Lima. ¡Todo extraño <strong>de</strong> mi Perú! Finlandia, 15 setiembre 2004. 76