DE LA SIERRA A LA CAPITAL - La Casa de Panchita

3.1.4. Estudios
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Salud laboral
más. Pero ahora sola tengo que aprender, por mí misma, a enfrentar mi vida.
(Juliana, 20 años, 5 o de educación secundaria)
Ya no me dejo que nadie se burle de mí, ya sé defenderme. Cuando era chiquita, también
se burlaban de mí, pero ahora no, pues, ya sé defenderme. Como ya hablo castellano, les
digo: «por favor; no, pues». Ya no me dejo, ya no. ¿Quién quiere burlarse de mí? ¡No!
Mejor yo lo dejo en paz, nomás. En realidad, ¡todo se da vueltas! Si alguien se burla de
mí, alguien se burla de ellos. Yo les dejo, que hablen, que critiquen, pero yo no (me rebajo
a hacer eso). La gente que vea a mí, que comparte conmigo, que me respetan, yo también
los respeto. Pero la gente que no me respeta, les dejo así nomás, que sigan nomás su
camino, ¿hasta dónde llegará? No les hago caso.»
(Yulissa, 22 años, 3 o de educación secundaria)
Estudiar es una de las principales razones por las que adolescentes y niñas migran de la
sierra a Lima, así mismo, es el motivo por el cual se mantienen en la ciudad, a pesar de
los múltiples problemas que enfrentan. Muchas trabajadoras del hogar quieren terminar
el colegio y continuar estudiando una carrera para ser profesionales.
Sin embargo, cuando la salida del lugar de origen se realiza a temprana edad, dadas las
usuales condiciones de explotación en esta ocupación, la vulnerabilidad de una pequeña
es mayor. Por esta razón es recomendable que las niñas no salgan de su núcleo familiar
sino hasta terminar por lo menos su educación primaria.
Una trabajadora del hogar con un mayor nivel educativo generalmente está en situación
de poder negociar mejores condiciones de trabajo. El servicio doméstico, como
cualquier otro tipo de trabajo reconocer capacidades y especialización. Lo que ocurre
es que en el Perú el desprecio a esta ocupación actúa como barrera para que se
le mire como una ocupación en la que se puede ganar bien, lo que sí es posible
cuando se trata de una persona calificada. Conseguir esas competencias significa
todo un proceso de aprendizaje, por ejemplo: ser niñera, atender un anciano, dominar
la cocina internacional.
Muchas veces los intereses de las empleadoras y de las trabajadoras del hogar entran
en conflicto. Las empleadoras prefieren una persona que trabaje todo el día,
incluyendo el horario de la escuela y son cada vez más las trabajadoras domésticas
que desean estudiar. Puede resultar difícil encontrar un trabajo donde les permitan
asistir al colegio. Cuando lo encuentran, los empleadores no les pagan bien, con el
pretexto que les están dando estudios. Las trabajadoras del hogar deben aceptar
muchas veces este trato injusto porque no encuentran otra alternativa; no intentan
que se respete su derecho a la educación por temor a ser despedidas. En otros