DE LA SIERRA A LA CAPITAL - La Casa de Panchita

LA SALUD: derecho violado
3.2.2. Identidad cultural
Mi pueblo son cinco días de camino, sí, porque son tres días en carro y dos días en
caballo. Llegar, pues, es una semana de viaje. A veces, el cansancio. Uno, con el cansancio
del movimiento del carro y otro es el caballo. Es bonito cabalgar pero también es bonito
el dolor del caballo; cuando uno se baja, duele todo, duelen las piernas, duele todo el
cuerpo, porque es un cambio que uno hace. Sí, son una semana de viaje, sí, porque es
cruzando el Marañón.
(Juana, 22 años, 4 o de educación secundaria)
Lima es una ciudad que podría ser comparada con algunas ciudades de Europa o
Estados Unidos pero es frecuente que las personas deseen emigrar debido a la falta
de empleo y/o la escasa paga, si lo tienen. Las mujeres utilizan pantalones, cabello
corto y con frecuencia pintado de colores claros, como una manera de parecerse a
quienes se considera patrón de belleza. Esta alienación se encuentra en mujeres de
todas las clases sociales y de diferentes ideologías: conductoras de programas de
televisión, cantantes de música andina, profesionales, trabajadoras del hogar e incluso,
feministas.
Rodrigo Montoya, 25 utiliza la metáfora del espejo roto para explicar la identidad de los
peruanos: «En el modelo dominante, el Perú sigue siendo colonial». Así, la imagen positiva
en el espejo sería blanca, occidental, con cabello y ojos claros. La mayoría de los
peruanos no tiene estos rasgos, entonces se genera el no-reconocimiento y no-aceptación
de uno mismo. De aquí nace la no-identidad, que se evidencia en amargura y rabia.
Nace entonces la necesidad de cambiar; parecerse al modelo occidental, al modelo positivo.
Todas las trabajadoras del hogar que llegaron de provincias han tenido que adaptarse a
una nueva vida, dejar de lado sus propias costumbres para adoptar las costumbres de la
ciudad. Entre las trabajadoras del hogar que fueron entrevistadas, he encontrado cuatro
maneras de adaptarse a este cambio:
En el primer grupo, las trabajadoras del hogar tratan de ocultar todo rasgo que indique su
origen andino, negando sus raíces y sus tradiciones. Esta actitud es el resultado de la
discriminación por ser de la sierra, pero muchas veces responde también a los malos
recuerdos y experiencias que han tenido en su lugar de origen. Cuando viajan a sus
comunidades, lo hacen únicamente para ver a su familia, el lugar en sí no les agrada, solo
recuerdan la parte negativa de su vida allí.
25 Montoya, R. Al borde del naufragio (Democracia, violencia y problema étnico en el Perú). SUR.
Casa de estudios del socialismo. Lima, Perú. 1992.
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