DE LA SIERRA A LA CAPITAL - La Casa de Panchita

69
Salud laboral
De repente, quién sabe dios, de acá alzar el vuelo, de acá al extranjero. Porque uno sueña
en eso, de repente a conocer a nueva gente, a conocer nuevos tratos, esos son mis sueños
y si no los realizo, soñando me quedo.
(Juana, 22 años, 4 o de educación secundaria)
Estoy contenta de venir a Lima, pero ahora quisiera ir un tiempo al otro país, porque ya me
cansé de Lima
(Natalia, 19 años, 2 o de educación secundaria)
Algunas trabajadoras del hogar, verbalizan a través de las entrevistas, el sueño de regresar
a su tierra cuando sean profesionales. Desearían poder ayudar a los pobres y a otras
personas que necesiten apoyo en su comunidad, como ancianos y niños huérfanos. La
vida en Lima las ha cambiado; no quieren trabajar como lo hacen en su tierra, no quieren
trabajar en la chacra, sino regresar y trabajar en lo que hayan estudiado. Algunas quieren
tener una profesión que les permita aprovechar mejor su chacra y/o utilizar sus
conocimientos para mejorar la producción agrícola en su pueblo.
En mi futuro, yo quisiera titularme como enfermera. Si voy a estar en el campo, (quisiera)
tener una casa buena, ya no como tienen mis padres, tener mi carro, hacer mis chacras y
ejercer mi profesión. El sueño que siempre he tenido es que -si Dios me permite más
adelante tener dinero- yo quisiera construir un lugar grande, de casas donde estén los
abuelitos. Por allá, en el campo, sufren los abuelitos, sus hijos vienen a la ciudad y se
olvidan de sus padres y hay abuelitos que sus últimos días se lo pasan tomando agua con
sal, porque ya no tienen fuerza para hacer la chacra, aunque los vecinos a veces nos
ayudamos, porque algunos ya no pueden. Sí, me gustaría construir un lugar grande así
como Panchitas y allí tener a los abuelitos, ayudarlos. Por lo menos sus últimos días, que lo
pasen bien. Obvio que aquí hay para los abuelos, pero en el campo no, está olvidado; hay
niños huérfanos. Allí no hay muchos rateros, pero ellos sufren... Ese es mi sueño: construir
un lugar y tenerlos allí, a los huérfanos, a los ancianos, ayudarlos a ellos. Si se me permite
más adelante, que tenga económicamente un nivel bueno. Yo sí lo voy a hacer, de tenerlo
así a los abuelitos, si se puede, más que todo ellos son los que sufren. No me gusta Lima,
no me gustaría en verdad quedarme aquí en Lima, por el peligro ¡y hay demasiado! Todos
migran aquí, a Lima, pero en cambio yo no, yo quisiera volver a estar donde yo nací, con
las mismas costumbres, con el mismo alimento con que siempre crecí, morir allí. Sí, ese es
mi sueño. Cuando yo tenga mi empleada 29 no le voy a dar ese trato, si es que tengo la
29 Pasar de trabajadora del hogar a empleadora es otra aspiración. Este ejemplo muestra lo arraigada
que está la costumbre de la servidumbre en el Perú y contribuye a entender cómo muchas veces los
pobres emplean a otros con menos recursos que ellos, especialmente alguna familiar de pocos años
de edad. Así suele cerrarse el círculo de la explotación en el trabajo infantil doméstico.