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El beso en la historia del Arte<br />
La cámara de Alfred Eisenstaedt inmortalizó un pequeño<br />
instante que se ha convertido en un icono de<br />
uno de los momentos más importantes del S.XX. Y<br />
es que no es un posado, ni la postura es fi ngida, ni lo<br />
que les rodea son actores ni la luz es artifi cial. Lo que<br />
se ve es lo que hay. Ese beso es parte de la historia.<br />
Y, aunque sea bastante increíble, el espectador aterriza<br />
en Times Square, contagiándose de esa felicidad colectiva<br />
a través de ese apasionado beso hollywoodiense.<br />
¡¡Sssshhhhhh!! Guardad silencio. ¿No lo oís? El jaleo,<br />
los gritos, las carcajadas…ese beso trasmite la felicidad<br />
de millones de personas.<br />
Eisenstaedt nació en Prusia y es considerado una<br />
de las fi guras más importantes del fotoperiodismo. Su<br />
cámara fue testigo de acontecimientos tales como el<br />
primer encuentro entre Mussolini y Hitler, así como<br />
la ascensión al poder del nazismo. Trabajó para Time-<br />
Life , donde realizó 85 fotos de tapa de la revista, más<br />
de 2.000 reportajes e inmortalizó a buena parte de las<br />
personalidades de su época, desde Hitler a Clinton, pasando<br />
por Einstein o Hemignway.<br />
También son dos los protagonistas de la fotografía<br />
de Robert Doisneau, inmortalizados frente al ayuntamiento<br />
de París. Y también el momento inmortalizado<br />
por la lente es el mismo: el beso. Pasar de Eisenstaedt<br />
a Doisneau consiste en sumar cinco años a la obra (El<br />
Beso del Ayuntamiento es de 1950) y pasar de América<br />
a Europa para inmortalizar este momento. American-<br />
Life contrató al fotógrafo francés para lograr una serie<br />
de imágenes sobre los enamorados de París. Antes de<br />
continuar con esta obra de Doisneau he de romper algunos<br />
corazones y decir que el beso no es real, que es<br />
un posado (aunque en su favor diré que los protagonistas<br />
eran pareja en su momento) y que la demanda de la<br />
pareja al fotógrafo (que perdieron) y los millones que<br />
ganó la dama de la foto al vender la copia, hicieron que<br />
esta obra inundase telediarios y que llegase a millones<br />
de ojos que nunca la habían visto, o al menos no se<br />
habían percatado de ello.<br />
Doisneau conoció a Françoise Bornet y su, por<br />
aquel entonces, novio Jacques Carteraud en un café<br />
parisino situado cerca de la escuela de teatro donde estudiaban.<br />
El artista francés simplemente se acercó y les<br />
propuso inmortalizarlos con un beso frente al ayuntamiento.<br />
Esta bella instantánea de dos enamorados<br />
besándose apasionadamente en París se convirtió en el<br />
icono de los enamorados en los 80.<br />
Si te quedas fi jamente mirando el beso, sientes que<br />
el resto de elementos de la fotografía están en movi-<br />
miento pero el beso rebosa quietud. Inmortaliza hasta<br />
tal punto ese bello momento que parece que todo lo<br />
que le rodea fl ota.<br />
Robert Doisneau nació en Francia el año que comenzó<br />
la Primera Guerra Mundial y falleció en 1994.<br />
Vende su primer reportaje fotográfi co a los 20 años y<br />
dos años más tarde se incorpora como fotógrafo industrial<br />
en la fábrica de Renault de Billancourt. Después<br />
de ser despedido y de pasar bastantes penurias<br />
durante la Segunda Guerra Mundial, se le abren bas-<br />
<strong>Revista</strong> <strong>Atticus</strong> 49