Pagola-Jose-Antonio-Es-Bueno-Creer
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ilimitado de estos placeres: un sueño reconciliador, un amanecer<br />
sereno, la comida sencilla pero sabrosa, el encuentro<br />
con el amigo, la belleza de la música, la lectura de un buen<br />
libro, la tertulia amistosa, el descanso del atardecer... No<br />
todas las personas saben disfrutarlos. Tal vez, por ello, buscan<br />
otros placeres que llenen su yo inquieto. No saben gozar<br />
de la vida de manera agradecida, con «alma de pobre» que<br />
se deja amar y regalar. Necesitan acaparar personas y cosas,<br />
apropiarse, dominar, sobresalir. Lograrán placeres, pero no<br />
conocerán la felicidad que anuncian las bienaventuranzas.<br />
El secreto está, tal vez, en estar más atentos a todo lo que<br />
se nos regala, aprender a disfrutar todo lo que es vida dentro<br />
y fuera de nosotros, por pequeño y humilde que pueda parecer.<br />
Aprender a mirar, gustar, tocar, escuchar de manera nueva.<br />
Saborear con otra hondura los encuentros, las miradas,<br />
los rostros, la belleza. Disfrutar agradecidos del lado positivo<br />
de las personas y de los acontecimientos. <strong>Es</strong>toy convencido<br />
de que el desengaño de los «placeres falsos» y el disfrute<br />
de los «placeres verdaderos» pueden abrir en la persona<br />
un camino humilde pero real hacia la vida y hacia Aquel<br />
que es la fuente y el origen de todo bien. La vida está llena<br />
de sufrimientos y penalidades, pero está también llena de<br />
posibilidades de placer abiertas a la verdadera felicidad 18 .<br />
7. La felicidad no proviene de los otros<br />
Todos vivimos prácticamente convencidos de que no se puede<br />
ser feliz cuando uno se siente solo. Necesitamos compartir<br />
nuestra vida con otro. Saber que tiene sentido para alguien,<br />
que nuestro trabajo y nuestro esfuerzo son recogidos<br />
por alguien con amor, que nuestra existencia es apreciada y<br />
amada. Si nadie nos ama, si nadie nos espera en ningún<br />
lugar de la existencia, lo que hacemos y vivimos pierde valor<br />
y sentido. Nuestra vida podrá estar llena de actividad y<br />
éxito, pero no conoceremos la felicidad. <strong>Es</strong>ta parece ser la<br />
225-243<br />
18 K G DURCKHEIM, Meditar ¿Por que y cómo 7 , Mensajero, Bilbao 1982,