la sociedad industrial y el marxismo - Marcuse.org
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da en <strong>el</strong> que puede terminar <strong>la</strong> civilización <strong>industrial</strong> presenta<br />
diferentes características. Es posible impedir que<br />
esta civilización caiga en <strong>la</strong> barbarie, en <strong>la</strong> esc<strong>la</strong>vitud o en<br />
<strong>la</strong> autodestrucción, siempre que <strong>el</strong> hombre domine y someta<br />
a su autónoma voluntad <strong>el</strong> tremendo poder que ha<br />
llegado a ejercer sobre <strong>la</strong> naturaleza y sobre <strong>el</strong> hombre<br />
mismo. El interrogante vital que suscita Herbert <strong>Marcuse</strong><br />
es si una <strong>sociedad</strong> <strong>industrial</strong>mente avanzada no producirá<br />
individuos esencialmente incapaces de sobreponer su<br />
buen sentido a <strong>la</strong>s mezquinas exigencias y a <strong>la</strong>s limitaciones<br />
a que están expuestos por <strong>el</strong> proceso que ha desatado<br />
<strong>la</strong> producción y <strong>el</strong> consumo de masas.<br />
Es necesario subrayar desde ahora que <strong>la</strong>s apasionantes<br />
consideraciones que <strong>Marcuse</strong> desarrol<strong>la</strong> sobre <strong>el</strong> totalitarismo<br />
contemporáneo, y que lo llevan a suponer que<br />
este se expresa tanto en Norteamérica como en <strong>la</strong> URSS,<br />
tienen su origen enjajxperiencia histórica y en <strong>la</strong> suya<br />
personal. El autor de Eros y civilización es uno de los privilegiados<br />
testigos de este siglo. Pertenece a esa generación<br />
de marxistas aleipanes que descubrieron al mismo<br />
tiempo, y en <strong>la</strong> adolescencia, a Freud y Marx, <strong>el</strong> surrealismo<br />
y <strong>la</strong> revolución rusa. Lps fermentos d<strong>el</strong> mundo en los<br />
años 20 parecían justificar toda esperanza. Por <strong>el</strong>lo, esa<br />
generación consideró que era su tarea unificar y modificar,<br />
a los fines de <strong>la</strong> liberación d<strong>el</strong> hombre, aqu<strong>el</strong><strong>la</strong>s doctrinas<br />
entre <strong>la</strong>s cuales <strong>la</strong> historia, <strong>la</strong> ignorancia, <strong>el</strong> dogmatismo<br />
y <strong>el</strong> prejuicio habían erigido mural<strong>la</strong>s chinas infranqueables.<br />
En <strong>el</strong> curso de diez años, fueron barridas todas sus esperanzas<br />
y <strong>el</strong>los mismos arrojados al exilio o a <strong>la</strong> muerte,<br />
La crisis general d<strong>el</strong> capitalismo no dio lugar a una revolución<br />
liberadora sino a <strong>la</strong> barbarie fascista. Las masas de<br />
<strong>la</strong>s naciones más <strong>industrial</strong>izadas de Europa dieron fó<br />
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