la sociedad industrial y el marxismo - Marcuse.org
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por <strong>la</strong> existencia. . .El hecho de que <strong>la</strong> vasta mayoría de<br />
<strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción acepta, y es obligada a aceptar, esta <strong>sociedad</strong>,<br />
no <strong>la</strong> hace menos irracional y menos reprobable"<br />
(pp. IX y XII).<br />
Vale <strong>la</strong> pena terminar con esta última afirmación: ¿En<br />
nombre de qué rechaza <strong>Marcuse</strong> aqu<strong>el</strong>lo que parece ser<br />
generalmente aceptado? Bien, en nombre de <strong>la</strong>s verdaderas<br />
necesidades, a <strong>la</strong>s que se oponen <strong>la</strong>s falsas. ¿Pero<br />
quién es él para saber qué es lo que <strong>la</strong> gente verdaderamente<br />
necesita si <strong>el</strong><strong>la</strong> misma no lo sabe? La respuesta es<br />
c<strong>la</strong>ra: él es un filósofo, una persona que -a causa de <strong>la</strong>s<br />
circunstancias específicas de su vida, de su educación y<br />
de su investigación— ha adquirido <strong>la</strong> capacidad de expresar<br />
lo que los mistificados, manipu<strong>la</strong>dos y oprimidos individuos<br />
pueden so<strong>la</strong>mente intuir (sintiéndose a disgusto,<br />
vacíos, perdidos, insatisfechos): "En última instancia, <strong>la</strong><br />
pregunta sobre cuáles son <strong>la</strong>s necesidades verdaderas o<br />
falsas sólo puede ser resu<strong>el</strong>ta por los mismos individuos,<br />
pero sólo en última instancia; esto es, siempre y cuando<br />
tengan <strong>la</strong> libertad para dar su propia solución. Mientras<br />
se los mantenga en <strong>la</strong> incapacidad de ser autónomos,<br />
mientras sean adoctrinados y manipu<strong>la</strong>dos (hasta en sus<br />
mismos instintos) su respuesta a esta pregunta no puede<br />
considerarse propia de <strong>el</strong>los" (p.6). ¿Qué fuerza formidable,<br />
entonces, ha podido reprimir <strong>la</strong>s verdaderas necesidades<br />
humanas hasta <strong>el</strong> punto de que <strong>el</strong> individuo alienado<br />
ya no es consciente de su alienación; hasta <strong>el</strong> punto<br />
de que su conciencia d<strong>el</strong> peso de <strong>la</strong>s contradicciones resulta<br />
oscur.cidí; y su "falsa conciencia es inmune contra<br />
<strong>la</strong> falsedad"? (p.l2). Esta fuerza es -responde <strong>Marcuse</strong>—<br />
<strong>la</strong> <strong>sociedad</strong> <strong>industrial</strong> avanzada; o para ser más precisos,<br />
<strong>la</strong> tecnología <strong>industrial</strong> avanzada, cuya lógica de dominación<br />
invade toda manifestación de <strong>la</strong> existencia y de <strong>la</strong>s<br />
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