Leales a la Fe
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modo, fortalecerás tu carácter, lo cual te permitirá servir a<br />
Dios y a tus semejantes; además, serás digno de confianza a<br />
los ojos de Dios y de los que te rodean.<br />
Por otra parte, si eres deshonesto(a) en tus pa<strong>la</strong>bras o acciones,<br />
te perjudicarás a ti mismo(a) y también a los demás. Si<br />
mientes, robas, engañas o no haces todo lo que se requiere de<br />
ti en el trabajo a fin de merecer tu sueldo, perderás el respeto<br />
por ti mismo, perderás <strong>la</strong> guía del Espíritu Santo y tal vez descubras<br />
que has dañado tus re<strong>la</strong>ciones con los miembros de tu<br />
familia y tus amigos, y que <strong>la</strong>s personas ya no confían en ti.<br />
El ser honrado a menudo requiere valor y sacrificio, especialmente<br />
cuando otras personas traten de persuadirte a<br />
justificar una conducta deshonesta. Si te encuentras en una<br />
situación así, recuerda que <strong>la</strong> paz duradera que deriva del ser<br />
honrado es más valiosa que el alivio momentáneo de dejarse<br />
llevar por <strong>la</strong> corriente.<br />
Referencias adicionales: Éxodo 20:16; 2 Nefi 9:34; D. y C. 97:8.<br />
Humildad<br />
Humildad<br />
Ser humilde es reconocer con agradecimiento tu dependencia<br />
del Señor y comprender que tienes <strong>la</strong> necesidad constante<br />
de recibir Su apoyo. La humildad es el reconocimiento<br />
de que tus aptitudes y talento son dones de Dios; no es señal<br />
de debilidad, de timidez ni de temor, sino una indicación de<br />
que sabes de dónde proviene tu verdadera fortaleza. Puedes<br />
ser humilde y, a <strong>la</strong> vez, ser audaz y valiente.<br />
Jesucristo es nuestro máximo ejemplo de humildad.<br />
Durante Su ministerio terrenal, siempre reconoció que Su fortaleza<br />
derivaba de Su dependencia del Padre. Él dijo: “No<br />
puedo yo hacer nada por mí mismo... no busco mi voluntad,<br />
sino <strong>la</strong> voluntad del que me envió, <strong>la</strong> del Padre” (Juan 5:30).<br />
El Señor te fortalecerá a medida que seas humilde ante<br />
Él. Santiago enseñó: “Dios resiste a los soberbios, y da gracia<br />
a los humildes... Humil<strong>la</strong>os de<strong>la</strong>nte del Señor, y él os exaltará”<br />
(Santiago 4:6, 10).<br />
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