Leales a la Fe
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Ayuno y ofrendas de ayuno<br />
digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a<br />
este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será<br />
imposible. Pero este género no sale sino con oración y ayuno”.<br />
(Véase Mateo 17:14–21.)<br />
En este re<strong>la</strong>to se enseña que <strong>la</strong> oración y el ayuno pueden<br />
proveer fortaleza adicional a los que dan, así como a los que<br />
reciben bendiciones del sacerdocio. El re<strong>la</strong>to también puede<br />
aplicarse a los esfuerzos que personalmente hagas por vivir<br />
el Evangelio. Si tienes alguna debilidad o un pecado que te<br />
hayas esforzado por vencer, tal vez sea necesario que ayunes<br />
y ores a fin de recibir <strong>la</strong> ayuda o el perdón que desees. Al<br />
igual que el demonio que Cristo expulsó, tal vez tu problema<br />
sea del tipo que so<strong>la</strong>mente pueda vencerse mediante <strong>la</strong> oración<br />
y el ayuno.<br />
Tú puedes ayunar con muchos fines. El ayuno es una<br />
manera de adorar a Dios y de expresarle gratitud (véase<br />
Lucas 2:37; Alma 45:1); puedes ayunar y pedirle a nuestro<br />
Padre Celestial que bendiga a los enfermos y a los afligidos<br />
(véase Mateo 17:14–21); el ayuno puede ayudarte a ti y a tus<br />
seres queridos a recibir reve<strong>la</strong>ción personal y a convertirse a<br />
<strong>la</strong> verdad (véase Alma 5:46; 6:6); por medio del ayuno, recibirás<br />
fortaleza para resistir <strong>la</strong> tentación (véase Isaías 58:6);<br />
podrías ayunar a medida que te esfuerzas por ser humilde<br />
ante Dios y por ejercer fe en Jesucristo (véase Omni 1:26;<br />
He<strong>la</strong>mán 3:35); podrías ayunar para recibir guía para dar a<br />
conocer el Evangelio y magnificar tus l<strong>la</strong>mamientos en <strong>la</strong><br />
Iglesia (véase Hechos 13:2–3; Alma 17:3, 9; 3 Nefi 27:1–2). El<br />
ayuno puede acompañar al pesar y al l<strong>la</strong>nto sinceros (véase<br />
Alma 28:4–6; 30:1–2).<br />
Domingo de ayuno<br />
La Iglesia designa un domingo por mes, por lo general el<br />
primero, como día de ayuno. La observancia correcta del domingo<br />
de ayuno consiste en no ingerir alimentos ni bebidas<br />
correspondientes a dos comidas consecutivas, en asistir a <strong>la</strong><br />
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