Leales a la Fe
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ordenanzas y los convenios necesarios para que seamos exaltados<br />
en el reino celestial. El Salvador ha prometido que si<br />
perseveramos hasta el fin, viviendo fielmente el Evangelio, Él<br />
nos tendrá por inocentes ante el Padre en el Juicio Final (véase<br />
3 Nefi 27:16).<br />
La plenitud del Evangelio se ha predicado en todas <strong>la</strong>s<br />
épocas en que los hijos de Dios han estado preparados para<br />
recibirlo. En los últimos días, o sea, <strong>la</strong> dispensación del cumplimiento<br />
de los tiempos, el Evangelio ha sido restaurado a<br />
través del profeta José Smith.<br />
Referencias adicionales: Romanos 1:16–17; 3 Nefi 27:13–22; D. y C. 11:24;<br />
39:5–6.<br />
Véase también Arrepentimiento; Bautismo; Espíritu Santo; Expiación de<br />
Jesucristo; <strong>Fe</strong>; Jesucristo; P<strong>la</strong>n de salvación; Restauración del Evangelio.<br />
Exaltación (Véase Vida eterna.)<br />
Existencia preterrenal (Véase P<strong>la</strong>n de salvación.)<br />
Expiación de Jesucristo<br />
Expiación de Jesucristo<br />
La pa<strong>la</strong>bra expiación se refiere a una forma de reconciliar o<br />
restaurar <strong>la</strong> armonía. Por medio de <strong>la</strong> expiación de Jesucristo,<br />
podemos reconciliarnos con nuestro Padre Celestial (véase<br />
Romanos 5:10–11; 2 Nefi 25:23; Jacob 4:11). Podemos al final<br />
morar en Su presencia para siempre, habiendo sido “hechos<br />
perfectos mediante Jesús” (véase D. y C. 76:62, 69).<br />
Jesucristo “fue preparado desde <strong>la</strong> fundación del mundo<br />
para redimir a [Su] pueblo” (Éter 3:14). En el mundo de los espíritus,<br />
antes de esta vida terrenal, nuestro Padre Celestial presentó<br />
el eterno p<strong>la</strong>n de salvación, el cual requería una<br />
Expiación infinita y eterna. En Su estado preterrenal, Jesús, entonces<br />
conocido como Jehová, dec<strong>la</strong>ró con humildad que Él<br />
haría <strong>la</strong> voluntad del Padre y cumpliría el p<strong>la</strong>n (véase Moisés<br />
4:2); por lo tanto, fue preordenado para llevar a cabo <strong>la</strong><br />
Expiación, o sea, venir a <strong>la</strong> tierra, padecer el castigo por nues-<br />
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