Leales a la Fe
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Oración<br />
guno de éstos” (Moroni 7:9). Para que tus oraciones sean más<br />
significativas, debes orar con sinceridad y “con toda <strong>la</strong> energía<br />
de [tu corazón]” (Moroni 7:48). Ten cuidado de evitar <strong>la</strong>s<br />
“vanas repeticiones” al orar (véase Mateo 6:7). Considera seriamente<br />
tu actitud y <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras que utilices.<br />
Usa un lenguaje que demuestre amor, respeto, reverencia y una<br />
estrecha re<strong>la</strong>ción con Dios. <strong>la</strong> aplicación de este principio variará<br />
de acuerdo con el idioma que hables. Por ejemplo, si oras<br />
en español, utiliza los pronombres personales familiares<br />
cuando te dirijas a Él; por ejemplo, Tú, Tu y Tuyo, en lugar de<br />
los pronombres más formales usted, su y suyo. El principio<br />
es el mismo sea cual sea el idioma que se hable. Al orar, debes<br />
usar pa<strong>la</strong>bras que comuniquen apropiadamente una re<strong>la</strong>ción<br />
de amor con Dios y de adoración hacia Él. Tal vez te sea<br />
difícil aprender el lenguaje de <strong>la</strong> oración, pero gradualmente,<br />
a medida que ores y leas <strong>la</strong>s Escrituras, podrás emplearlo con<br />
más facilidad.<br />
Siempre da <strong>la</strong>s gracias al Padre Celestial. Debes vivir “cada<br />
día en acción de gracias por <strong>la</strong>s muchas misericordias y bendiciones<br />
que él confiere sobre [ti]” (Alma 34:38). Al dedicar<br />
tiempo para recordar tus bendiciones, reconocerás lo mucho<br />
que tu Padre Celestial ha hecho por ti. Exprésale gratitud.<br />
Busca <strong>la</strong> guía y <strong>la</strong> fortaleza del Padre Celestial en todo lo que<br />
hagas. Alma aconsejó a su hijo He<strong>la</strong>mán: “Implora a Dios todo<br />
tu sostén; sí, sean todos tus hechos en el Señor, y dondequiera<br />
que fueres, sea en el Señor; deja que todos tus<br />
pensamientos se dirijan al Señor; sí, deja que los afectos de tu<br />
corazón se funden en el Señor para siempre. Consulta al<br />
Señor en todos tus hechos, y él te dirigirá para bien; sí, cuando<br />
te acuestes por <strong>la</strong> noche, acuéstate en el Señor, para que él<br />
te cuide en tu sueño, y cuando te levantes por <strong>la</strong> mañana, rebose<br />
tu corazón de gratitud a Dios; y si haces estas cosas, serás<br />
enaltecido en el postrer día” (Alma 37:36–37; véase<br />
también Alma 34:17–26).<br />
Al orar, recuerda <strong>la</strong>s necesidades de otras personas. Ofrece<br />
oraciones “por [tu] bienestar, así como por el bienestar de los<br />
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