Leales a la Fe
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B<strong>la</strong>sfemias y vocabu<strong>la</strong>rio soez<br />
El lenguaje soez daña tu espíritu y te degrada a ti. No<br />
permitas que otras personas influyan en ti para que lo utilices;<br />
en cambio, emplea un lenguaje limpio que eleve y edifique<br />
a los demás. Escoge amigos que tengan una buena<br />
manera de hab<strong>la</strong>r; da un ejemplo que aliente a los que te rodeen<br />
a usar un lenguaje limpio. Si tus amigos y conocidos<br />
emplean b<strong>la</strong>sfemias o un lenguaje soez, anímales de buen<br />
modo a elegir otras pa<strong>la</strong>bras. Si persisten, aléjate de ellos cortésmente<br />
o cambia de tema.<br />
Si has adquirido el hábito de usar un lenguaje bajo y vulgar,<br />
tú puedes dejar dicho hábito. Comienza con <strong>la</strong> decisión<br />
de cambiar; ora pidiendo ayuda y, si sientes <strong>la</strong> tentación de<br />
hab<strong>la</strong>r usando un lenguaje profano, guarda silencio o di <strong>la</strong>s<br />
cosas de otra forma.<br />
Referencias adicionales: Levítico 19:12; D. y C. 63:60–64.<br />
Véase también Modestia; Tentación.<br />
Caída<br />
En el Jardín de Edén, Dios mandó: “De todo árbol del jardín<br />
podrás comer libremente, mas del árbol de <strong>la</strong> ciencia del<br />
bien y del mal no comerás. No obstante, podrás escoger según<br />
tu voluntad, porque te es concedido; pero recuerda que<br />
yo lo prohíbo, porque el día en que de él comieres, de cierto<br />
morirás” (Moisés 3:16–17). Debido a que Adán y Eva transgredieron<br />
este mandamiento y comieron el fruto del árbol de<br />
<strong>la</strong> ciencia del bien y del mal, fueron echados de <strong>la</strong> presencia<br />
del Señor (véase D. y C. 29:40–41). En otras pa<strong>la</strong>bras, experimentaron<br />
<strong>la</strong> muerte espiritual; además, llegaron a ser mortales,<br />
o sea, estuvieron sujetos a <strong>la</strong> muerte física. La muerte<br />
espiritual y <strong>la</strong> muerte física se l<strong>la</strong>man <strong>la</strong> Caída.<br />
Nuestra condición caída<br />
Como descendientes de Adán y Eva, heredamos una condición<br />
caída durante nuestra vida terrenal (véase Alma<br />
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