Leales a la Fe
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Conciencia<br />
ral de tu conciencia al pecado, lo que puede conducirte al<br />
arrepentimiento.<br />
El arrepentimiento y el perdón te devolverán <strong>la</strong> paz de<br />
conciencia; por otro <strong>la</strong>do, si haces caso omiso de <strong>la</strong> conciencia<br />
y no te arrepientes, tu conciencia quedará afectada como<br />
si hubiera sido “cauterizada” (1 Timoteo 4:2).<br />
Aprende a escuchar y seguir a tu conciencia, puesto que<br />
es una parte importante de ejercer el albedrío. Cuanto más sigas<br />
lo que tu conciencia te dice, más fuerte llegarás a ser. Una<br />
conciencia sensible es señal de un espíritu sano.<br />
Referencias adicionales: Mosíah 4:1–3; D. y C. 84:45—47.<br />
Véase también Albedrío; Luz de Cristo; Obediencia; Tentación.<br />
Concilio de los cielos (Véase P<strong>la</strong>n de salvación.)<br />
Contribuciones (Véase Ayuno y ofrendas de ayuno; Diezmo.)<br />
Control de <strong>la</strong> natalidad<br />
Cuando <strong>la</strong>s parejas casadas son físicamente aptas, tienen<br />
el privilegio de proporcionar cuerpos terrenales para los hijos<br />
espirituales de nuestro Padre Celestial. Así toman parte<br />
en el gran p<strong>la</strong>n de felicidad, el cual permite que los hijos de<br />
Dios reciban cuerpos físicos y tengan <strong>la</strong> experiencia de <strong>la</strong> vida<br />
terrenal.<br />
Si eres casado, tú y tu cónyuge deben hab<strong>la</strong>r sobre <strong>la</strong> sagrada<br />
responsabilidad de traer hijos al mundo y de nutrirlos<br />
en rectitud. Al hacerlo, tomen en cuenta <strong>la</strong> santidad y el significado<br />
de <strong>la</strong> vida; mediten en el regocijo que se recibe al tener<br />
hijos en el hogar; consideren <strong>la</strong>s bendiciones eternas de<br />
tener una buena posteridad. Con un testimonio de estos principios,<br />
tú y tu cónyuge estarán preparados para decidir, con<br />
oración, cuántos hijos tener y cuándo tenerlos. Esas decisiones<br />
deben tomar<strong>la</strong>s ustedes dos y el Señor.<br />
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